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Los contratistas quieren contratos

CUARTO MENGUANTE ·

Vicente Lladró

Valencia

Sábado, 5 de diciembre 2020, 08:32

Lo de los peajes en autopistas y autovías vuelve a donde solía. Se cumplen meses desde que se liberaron las concesiones que databan de más de cuatro décadas y regresan los globos sonda para tantear a la opinión pública y persistir en mensajes encaminados a intentar que se reinstaure lo que nos dejaron de recaudar, y además generalizando estos impuestos que camuflan como si no lo fueran. Lo que pretenden es hacernos pagar por circular en vías donde ya se pagaba y quedaron liberadas con gran propaganda oficial, y también en las que nacieron libres.

Los contratistas no paran de dar en el clavo. Insisten una y otra vez en que el Gobierno debe obligarnos a pagar por circular. Ya lo hace, porque pagamos el impuesto de matriculación, el de circulación cada año, los que cargan el combustible..., pero quieren más. Aunque lo hacen por nuestro bien, dicen los contratistas. Su razonamiento es que si no hay presupuesto suficiente tampoco se realiza el mantenimiento necesario de las carreteras, lo que acaba derivando en problemas de seguridad y en accidentes. Uff.

O sea que lo que quieren es contratos de mantenimiento, más faena. El casado, casa quiere, dice el refrán. Y como no hay dinero para tanto, pues lanzan la ofensiva acostumbrada: recáudenle más a la tropa, así tendrán para pagar contratos de obras y mantenimiento y todos contentos. ¿Todos?

A nadie le gusta pagar de más. Y menos aún si ya se paga, aunque a través de otros conceptos. Peor es cuando se topa con situaciones complejas. El problema con el que choca el argumentario general que defiende este asunto es que hay autopistas, y sobre todo autovías, que son rutas imprescindibles de comunicación general porque no hay alternativas. En algunos casos son simplemente las viejas carreteras que se desdoblaron, pero no hay otra manera de ir de un sitio a otro si no es que se pasa por carreteritas, caminos vecinales y la viejísima carretera que pasaba por dentro de poblaciones, que muchas veces ha quedado convertida en vía urbana y hasta se ha peatonalizado. ¿Por dónde ir a trabajar, al hospital, a ver a la familia, etc? Aquí hasta los amantes de los peajes comprenden que no se puede generalizar el cobro. Y entonces se les ha ocurrido un procedimiento para eximir a los que sean del lugar, o tengan que ir de un sitio a otro por razón de trabajo, o de salud, o al colegio, o... ¿Se imaginan qué galimatías de burocracia, con certificados, justificantes, comprobantes...? Sería como lo que nos espera con la operación 'encerrados en Navidad salvo para ir a ver a familiares y allegados'. Y a ver hasta dónde llega la picaresca obligada y la comprensión en los controles.

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