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Trucos mentales

Hay personas que pueden pasar horas enganchadas esperando a que se multipliquen los 'likes'

Martes, 20 de octubre 2020, 07:45

Posiblemente lo hice, posiblemente no lo hice». Donald Trump respondió a la gallega a Savannah Guthrie sobre la pregunta del millón que le está rondando desde que reapareció tras su hospitalización por coronavirus. La cuestión es cuándo obtuvo el último negativo antes de su positivo en Covid-19 porque está bajo sospecha que el presidente norteamericano se hiciera la prueba antes de participar en el debate con Joe Biden el pasado 29 de septiembre ignorando así el protocolo obligatorio de la comisión organizadora que exigía hacerse el test. El rumor se ha difundido porque su contagio se anunció tan sólo 48 horas después del encuentro televisivo con el candidato demócrata, y porque Trump y el engaño tienen una atracción fatal desde tiempos inmemoriales. En su aparición del otro día en la NBC la moderadora se empleó a fondo para rebatir en directo sus falacias como cuando le interrogó sobre por qué promocionó la teoría de la conspiración de la muerte de Osama bin Laden. «Fue sólo un retuit», se excusó él. Ella le respondió con un zasca: «Usted es el presidente, no puede actuar como el tío loco de alguien que puede retuitear lo que sea». Es evidente que Trump siente una debilidad especial por Twitter donde ha llegado a publicar hasta 200 interacciones en un sólo día. Una se imagina a sus asesores merodeando como locos por los aledaños del despacho oval pegados a las pantallas de sus móviles esperando los tuits y retuits del presidente para saber por dónde ir apagando fuegos durante la jornada.

Tristan Harris, exdiseñador ético de Google, cuenta en 'El dilema de las redes' que el botón para actualizar los contenidos está diseñado como el rodillo de las tragaperras y provoca un impacto similar. Se libera rápidamente gran cantidad de dopamina alterando el sistema de recompensa cerebral. Hay personas que, como Trump, pueden pasar horas enganchadas esperando a que se multipliquen los 'likes' de sus publicaciones. El usuario cree poseer el control de la situación pero la ha perdido por completo. En ese contexto entra en escena el bombardeo de vídeos, fotos, enlaces a ventanas nuevas con anuncios en los que imperceptiblemente hay incluso posicionamientos sobre el bien y el mal. Cuando un mago le pide a una mano inocente que saque una carta de un mazo al mismo tiempo le cuenta un chiste, baila o se saca un conejo de la chistera. De este modo le despista para conseguir que aquello que cree que es su elección, una carta seleccionada al azar que después aparece bajo la manga del ilusionista, no sea así. Está comprobado que cuando tenemos demasiadas referencias donde mirar se pierde nuestra capacidad de atención, se baja la guardia y se puede creer en cualquier cosa o cualquier idea sin dudar. Por eso el peligro es tomar decisiones como el voto bajo los efectos de esos trucos mentales que vienen del lado oscuro de la inteligencia artificial.

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