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ESTO NO ES CORRUPCIÓN

Belvedere ·

Pablo Salazar

Valencia

Miércoles, 20 de noviembre 2019, 07:44

Da igual lo que haya sentenciado la Audiencia de Sevilla porque el argumentario ya estaba redactado hace mucho tiempo dijeran lo que dijeran los magistrados. El pliego de descargo en favor del PSOE señala que el caso de los ERE en Andalucía que le va a costar seis años de cárcel al expresidente de la Junta José Antonio Griñán y nueve de inhabilitación a otro expresidente, Manuel Chaves, no es en absoluto comparable a la trama Gürtel, que eso sí era un escándalo, una red mafiosa montada desde el propio partido y que justificaba la presentación de una moción de censura contra el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, provocando con ello un vuelco al resultado electoral que había dado ganador a los populares, una táctica a la que la izquierda ya nos tiene históricamente acostumbrados (cuando no puedas conquistar el poder en las urnas busca otros caminos para llegar al mismo destino, ¿verdad, Largo Caballero?). No importa la gravedad del caso, la cuantía del dinero público manejado de forma ilícita ni los cargos acusados y finalmente condenados (19 de los 21 que se sentaron el banquillo). Porque la corrupción, señala el pensamiento único, es patrimonio de la derecha, del PP y de sus eventuales socios, nunca de la izquierda, de las llamadas fuerza de progreso. Tengo que volver a recurrir a María Elvira Roca Barea y a su magnífico ensayo 'Fracasología. España y sus élites, de los afrancesados a nuestros días' para explicar el proceso intelectual por el que ante una sentencia tan demoledora la izquierda asegura que este caso no es equiparable al de la Gürtel: se llama autoexculpación y consiste en hacer ver que el problema es del otro, enteramente del otro, y que si el problema es del otro, en exclusiva, no puede ser mío, ni en una mínima parte. Es, como señala la historiadora, lo que han hecho los norteamericanos blancos protestantes con el exterminio de los indios, culpar a los católicos españoles de tal modo que ya no haya que pedirles a ellos responsabilidades. La izquierda española es maestra en el uso de la autoexculpación porque es desde sus púlpitos desde donde se imparte no sólo la doctrina aplicable sino que también se reparten los carnés del buen progresista, el demócrata, el facha, el extremista (siempre de derechas). Y como mucho, consentirán en sacrificar la pieza Susana Díaz, que no deja de ser más un ajuste de cuentas de los sanchistas con la expresidenta andaluza por haberse enfrentado al hoy líder socialista. Rajoy pagó por Gürtel y el Gobierno cambió de manos, colocando luego al PSOE en un primer puesto electoral del que había quedado relegado por voluntad de los ciudadanos. Ahora, con una veintena de cargos socialistas condenados, Pedro Sánchez pasa de puntilla porque, por supuesto, esto no es lo mismo.

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