Creer y visibilizar

La Comunitat Valenciana tiene futuro. ¡Por supuesto! Siempre lo ha tenido, pero a veces hay corrientes pesimistas, criticonas, que solo saben ver lo malo y para mal. Hay que distanciarse de los mensajes que distorsionan y crispan a la sociedad.

Somos una sociedad que ha adolecido de criticarse frente al resto, de incidir en lo negativo y de pensar que todo lo nuestro es malo, aunque casi siempre por culpa de alguien ajeno a nosotros.

Se nos ha acuñado de 'meninfots' que, según describió las Catedrática emérita de Ética de la UV y directora de la Fundación Étnor, Adela Cortina, en una intervención organizada por LAS PROVINCIAS, «no es ni malo ni bueno». Lo explica como que no ponemos demasiada carne en el asador en algunas cosas, pero matiza que eso nos hace ser tolerantes y abiertos. Plurales y cosmopolitas. Acoger la diversidad. Otros lo definen como que es ser 'pasotas', ir cada uno a lo suyo, pero quizás lo que es, es ser resilientes, saber adaptarse e ir hacia el futuro.

En la vida siempre hay cosas buenas y malas e incluso ambas se pueden tomar de una manera más positiva o negativa, hacerte crecer o paralizarte. Cada uno elige un camino y creo que en general los valencianos han sabido escoger la parte positiva para crecer, aunque quizás algunos lo hagan renegando y otros sin rechistar, pero todos haciendo camino.

Y así, creo que, en general, vamos creciendo, aunque nos falta superar un ligero sentimiento de complejo, creer en nosotros mismos y saber vendernos mejor hacia fuera.

Los empresarios valencianos no han tenido nunca problema en salir a vender a donde creyeran que podía encajar su mercancía, ya fueran naranjas, azulejos o textiles, por decir algunos de los sectores importantes, sin saber idiomas y, si me apuras, sin tener formación alguna. De esas empresas del pasado hay algunas que perviven y han pasado por varias generaciones creciendo, mejorando y facturando cada vez más. Sorprende a muchos que vienen de fuera, la existencia de empresas potentes de las que nunca han oído hablar o sí, pero no las relacionan con la Comunitat. No se publicitan y no salen a decir lo que hacen y cómo de bien.

No les interesa, no lo ven necesario. Alegan que su trabajo es hacer bien el producto, con unos costes adecuados que permitan tener beneficio y reinvertir en mejorar, innovar y seguir vendiendo.

Quizás sea el momento de comenzar a reivindicar todo ese trabajo, no tener miedo a dar la cara y que no se pongan otros las medallas. No se trata de desnudarse ni exhibirse, se trata de contar experiencias que sumen, que permitan poner a la Comunitat Valenciana en el lugar que le corresponde, pero sobre todo ser ejemplo para otros. Además, muchas veces, si no hablas de lo tuyo, otros lo harán por ti y no siempre será para bien. Mejor estar preparado y estar presente como tú quieras, sobre todo en un mundo cada vez más visual y digital.

Muchos de los sectores fuertes del pasado siguen teniendo futuro, con alguna reconversión, como siempre ha pasado, pero hay muchos otros que están aflorando y creciendo en nuestro litoral como la innovación, de la mano de inversores que han sabido visualizar, creer y apoyar muchas ideas buenas e ingeniosas y algunas de ellas impulsadas por jóvenes, muy jóvenes.

Y hay colectivos, como las mujeres, que también han decidido exponer su trabajo callado durante mucho tiempo. De la mano de la Asociación de Empresarias y Profesionales (EVAP) ya forman parte de las ejecutivas de órganos de decisión como la CEV o la Cámara de Comercio para poner la 'mirada femenina', pero de igual a igual, en una sociedad con cargos copados por los hombres. Sumando. Siempre han estado ahí pero ahora se visibilizan.

Tenemos sol, mar, montaña, somos acogedores, sociables, nos gusta relacionarnos alrededor de una paella, un puchero o una 'torrà, pero hemos sabido conjugarlo con cocina de vanguardia. Los valencianos también apuestan por la cultura en todas su facetas, sin dejar de lado la innovación e industria.

La Comunitat Valenciana tiene mucho futuro y además hay mimbres para que sea bueno.