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Crímenes intensos

vicente garrido. Profesor, psicólogo y criminólogo

Jueves, 17 de enero 2019, 15:36

No hay un único tipo de agresor sexual. Dentro de la categoría de agresores de mujeres adultas algunos son oportunistas: cometen la agresión sexual aprovechando la comisión de otros delitos (un robo, por ejemplo); otros son sistemáticos o seriales: solo delinquen en este ámbito; y finalmente figuran los ocasionales, quienes lo hacen si se da una circunstancia propicia como que la víctima haya estado embriagada o drogada.

Lo que sucede es que la realidad es compleja, y huye de los compartimentos estancos. Jóvenes que cometen otros delitos pueden participar en una agresión sexual si se ven motivados por la personalidad de un líder, o imitan casos publicitados en los medios porque les parece algo excitante. Si salen impunes es posible que lo repitan. Y también puede ocurrir que, sin mediar antecedentes, un grupo se configure como una 'manada' si se ve impulsado por idénticas razones.

No hay duda de que son las jóvenes las mujeres que resultan más victimizadas; y de que los jóvenes adultos son los principales agresores. Siempre es así, en todo el mundo. Razones sociales y biológicas explican este hecho.

Es importante comprender por qué resulta tan atractivo para algunos sujetos la violación 'en manada': se trata de un crimen intenso, que provee de una gran excitación de los sentidos; es una experiencia emocional plena de dominación y de sexo. Los jóvenes que participan en estos hechos no sólo carecen de educación en 'igualdad', sino que tienen profundas carencias vitales.

Cuando se llega a un patrón cosificador de la víctima la vida se ha desnortado. La prevención de la delincuencia juvenil siempre ha sido un asunto complejo, que afecta al ámbito de la psicología individual, la familia, y la comunidad. Ahora, además, se graba para que el delito y sus efectos se amplifiquen; es posible decir que en estas manadas se viola para grabar; el ego y la experiencia se fortalecen porque la 'hazaña' se comparte. Si nos preocupan los agresores sexuales menores de edad, examinemos sus vidas y huyamos de los eslóganes simplistas.

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