MIGUEL APARICI NAVARRO CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS
Jueves, 18 de octubre 2018, 09:40
Cada dos años, desde la década de los cincuenta del recién pasado siglo, los Cronistas Oficiales del Reino de Valencia celebran su asamblea bianual; al llegar el otoño. Los eruditos y estudiosos, que en las ciudades y villas de nuestra Comunidad tienen nombrados los ayuntamientos como recopiladores histórico-culturales, se aprestan a presentar sus ponencias y comunicaciones sobre el tema principal de investigación que se marca en cada reunión asamblearia.
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No todas las poblaciones tienen «registrador del acontecer local» actualmente, lo cual es lamentable. No estamos en los tiempos en que el propio Gobernador Civil se involucraba en la cuestión y ordenaba, oficialmente, que los consistorios nombraran a una persona leída e inquieta para que anotara cuanto de gloria y recordable hubiera en cada pueblo. Muchas veces el propio cura párroco o el maestro o el mismo secretario municipal.
Hoy, los cronistas suelen ser historiadores; es decir, personas con estudios universitarios. Que se mueven, a sus propias costas, por archivos alejados y publican monografías documentadas; que sirven como puñados de granos particulares al vasto granero de la Historia general. Y el próximo fin de semana (19, 20 y 21 de octubre) volverán a salir de sus despachos y a compartir amistad e ilusiones durante las tres jornadas de actos, visitas y lecturas; quedando estas últimas reflejadas en las Actas que se publican, a continuación, y que ya constituyen un preciado acervo bibliográfico -consultable- sobre multitud de pueblos valencianos.
Cuando el presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales del Reino Francisco de Paula Momblanch me cargó con la organización de la jornada central, no dudé en presentar de inmediato la candidatura de Millares; de la Canal de Navarrés. Pues, siendo el viernes el día de los actos en la capital (catedral, Astoria, Museo de la Ciudad) y el domingo la jornada en la primorosa Xàtiva (de la mano del cronista Agustín Ventura), propuse el contrapunto de un lugar de interior, rural, poco visitado y con gran riesgo de despoblación; ubicado en pleno corazón del cañón valenciano del río Júcar y en las anfractuosidades de la Muela de Cortes que miran al pico Caroche, corazón del espinazo final de nuestro sistema ibérico. Es más, rogué, y se aceptó, que el 'leitmotiv' de las investigaciones fuera la expulsión de los moriscos habitadores en 1609; que supuso la «desertización» de tantísimos kilómetros cuadrados.
El joven y emprendedor alcalde de Millares José Ricardo Pérez Gómez (con sus concejalas de Cultura y Turismo), se volcó al instante en el proyecto; invitándonos a sus paisajes agrestes, sus rincones históricos y al salón de su centro cultural. Entregado, como está, en la promoción de sus huellas de dinosaurios del yacimiento del Tambuc y las pinturas rupestres, con pequeño museo, de las que ahora se celebra el XX aniversario de su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Habida cuenta de que la factoría 'Lois', de los millarencos Sáez Merino, es hoy pura arqueología industrial y la puntual proliferación de granjas animales en una retirada partida muestra, en la actualidad, sus amplias naves vacías y sus expendedores de piensos cual cilíndricas esculturas metálicas.
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Otro gran apoyo en esta tentativa va a ser su nuevo y entusiasta Cronista local, Fidel Pérez Barberá; no en balde profesor de los colegios de estas recónditas villas del valle fluvial, de escasos niños escolares, durante varias décadas seguidas. Quien presentará este pueblo -antiguo «cul de sac» de La Canal- en su historia y castillos, su etnografía, sus manantiales y sus personajes; como ya lo viene haciendo en las páginas del Boletín digital mensual que puede descargarse, en PDF, desde la web del consistorio de Millares.
Los Cronistas saldrán de Valencia para una jornada completa en uno de los parajes más hermosos, abruptos y menos visitados por los valencianos. Cruzando las tierras de Els Alcalans (Monserrat, Montroi, Real) y entrando en la depresión sucronense por el Collado de la Fuente Real, cordal de la trashumancia tradicional de la meseta a La Ribera, y disfrutarán, primero, de los «Pirineos valencianos» dosagüeros del pie de la sierra del Ave; solar de nuestro afamado marquesado de Dos Aguas. Para, después, hacer la obligada parada en el mirador del río; contemplando el chocante puente atirantado que, en el año 2000 y de la mano del presidente diputacional Giner, sacó del secular aislamiento a Millares por su lado más próximo a la capital.
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Entre paseos por callejero morisco, detención en puntos acuíferos (lavador del Clot, caños y balsa del Hinchidor, barranco del Nacimiento) y entrada a la iglesia y hasta al viejo horno de Filiberto (que acaba de ser salvado del cierre definitivo) y discursos, conferencias y ponencias, los Cronistas conversarán durante la comida en el albergue en que ha sido convertido el antiguo cuartel de la Guardia Civil; que conserva las garitas esquineras, con mirillas para la fusilería defensiva.
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