Borrar
Urgente Lluvia de premios en La Primitiva hoy: más de 193.280 euros entre diez jugadores este sábado

¿Y si en mi cuadrícula de playa no me caben las aletas?

UNA PICA EN FLANDES ·

Domingo, 25 de julio 2021, 01:03

Vacaciones es sinónimo de libertad absoluta, de temporadita haciendo lo que te dé la real gana y además cobrando. Sin embargo, chica, lo que se nos viene encima por segundo verano consecutivo queda lejos de ser vacaciones, a lo sumo un descanso o, si acaso, una desconexión. Es cierto que, con la ruina que ha caído, muchos no podrán irse a ningún lado y que otros tantos, tras perder por la peste algún ser querido, tampoco tendrán humor, pero es que al resto..., después de año y medio picándonos la nariz bajo la mascarilla y preguntando cada mañana «¿se me escucha?», a los demás, chica, los Fernando Simón fatigas nos han matado el entusiasmo. No por sus cautelas, sino por darnos más publicidad que medicina. La autoridad sanitaria, empeñada en tratarnos como a párvulos, esquivando la verdad si no le conviene, con aquello de que a días vencemos al virus y a días, empate, cambiándonos preservativo de boca por horario interruptus, es que nos quita el hambre de sol, oye.

En algunos sitios para ir a la playa habrá que solicitar un código QR por internet y enseñarlo al socorrista que en vez de bañador marcapaquete ahora llevará un escáner, o ambas cosas parejas, que tampoco sé tanto de tecnología; en otras, una inteligencia artificial «mapeará» la arena y a través del móvil podremos saber si hemos clavado la sombrilla en zona verde y nos podemos quedar, o roja y hay que volver a cerrar el táper de macarrones, una variante de esta «comodidad» permitirá delimitar el espacio del que cada familia goza para expandirse y contará las sillas plegables que puede descargar de la vaca del coche; y aún queda alguna villa turística en que la orilla del mar ha sido parcelada con mamparas de plástico, lo que obliga a madrugar más que antes para pillar pecera, pero por contra ofrece la ventaja de que, si le cuelgas unas cortinas de ganchillo a la mampara, tu marido ya no se queda embobado con la vecina del topless, que por otra parte no sé qué le ve con esas tetas tan chuchurrías que madre mía....

Y no menciono lo del númerus clausus de cucharas hurgando en la paella, lo de clavar el codo en la barra del chiringuito sólo si llevas vacunación doble o lo de que el toque de queda no te pille con la sardinita en el espeto. Total, chica, que ir así a la playa queda a medio camino entre una película de Chernóbil y sacarse el carné de conducir. La playa con mascarilla es un marronazo, pero aún peor me parece que ligar bronce suponga una tarea tan complicada como aterrizar un avión de pasajeros. ¿En serio queremos que vengan turistas? Pues, chica, no lo parece.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias ¿Y si en mi cuadrícula de playa no me caben las aletas?