¡Cuán largo me lo fiáis!

Los plazos. Para tanto que casi podrían arreglarse -o cuanto menos reivindicarse- las necesidades de infraestructuras de la Comunitat, empezando por las ferroviarias, que son las que llevan la etiqueta de farolillo rojo en las cuentas pendientes en esta materia. Así quedaba recogido ayer mismo en el Observatorio Industrial de la Comunitat que impulsan el Colegio de Ingenieros Industriales e Improven, donde se pone de relevancia el impacto que tienen las carencias ferroviarias sobre la industria así como la falta de conectividad y de intermodalidad, y donde se recuerda que la red española está infrautilizada, casi veinte puntos menos que la media europea. Ahí es nada. «Necesitamos las infraestructuras como nodo logístico», dijo el decano, Salvador Puigdengolas. Razón no les falta: unas buenas conexiones son sinónimo de competitividad, productividad, reducción de costes... Pero no bajemos al terreno de la economía, sino al de los plazos, que cada vez son más largos en el calendario.

Horizonte 2023. Así se ha comprobado estos días, cuando dos de los proyectos clave para la mejora ferroviaria de la Comunitat han vuelto a variar de fecha. Por un lado, el Plan de Cercanías, que debía estar concluido en 2025 (con sus más de 1.400 millones de inversión) y del que probablemente se conocerá una nueva versión antes de ver avances en su ejecución. De momento, la modernización de la C-3 aún arranca ahora, con la adjudicación del proyecto de redacción de una parte del trazado. De la otra, sin novedad. Fue a mediados de 2019 cuando se anunciaron licitaciones en esta línea, la que mayor déficit y problemas arrastra. Sin embargo, sin avances hasta esta misma semana. Eso sí, los resultados no se verán hasta al menos 2023 (aún hay que elaborar el proyecto), seis años después de presentarse el plan. Del plazo para las obras ni hablamos. Y, por otro lado, el corredor mediterráneo, del que el Ministerio de Transportes sitúa 2024 como el año en que finalizará la implantación de ancho estándar entre Vandellós y Castellón. ¿Traducción? No habrá continuidad en el tipo de ancho de vía hasta la frontera francesa al menos en tres años. Es cierto que 2024 no es una fecha tan lejana pero si ponemos sobre la mesa que fue en 2011 cuando se presentaba el proyecto, la perspectiva cambia. Mismo año, por cierto, en que se paralizaba la línea 10 del metro (entonces T-2) ahora reactivada y que estará en servicio antes que el tercer carril.

A la cola. Así que esto del eje mediterráneo, o del ferrocarril en general, recuerda un poco a lo de la reforma de la financiación autonómica, donde hay mucha promesa pero poco movimiento efectivo hasta el momento como se ha comprobado también esta semana. Como decía sobre el corredor este lunes el presidente de AVE, Vicente Boluda, son retrasos «dolorosos».