Secciones
Servicios
Destacamos
Septiembre es el mes en el que decimos adiós al verano y saludamos al otoño. También es momento de (re)inicios, (re)encuentros y regresos. Pero esto último ocurría antiguamente, como suele decir mi madre para referirse al tiempo pasado. Porque ahora la vida se ( ... ad)mira a través de las pantallas de los 'influencers'. Y los 'influencers' aparentan vivir eternamente entre los nueve cielos del paraíso de la 'Divina comedia'. Sus redes sociales están repletas de imágenes de idílicos lugares recónditos. Exponen y se exponen con absolutamente todo, como un escaparate 24/7. Antes algunos artistas conocidos por su trabajo anunciaban determinados productos de vez en cuando para darlos a conocer. Es lo que se llamaba respaldo o aval de celebridad. Sin embargo, en unas pocas décadas hemos pasado del esporádico 'celebrity endorsement' al empacho por reproducción masiva de 'influencers' que promocionan desde dentífrico o detergente a ropa o zapatillas, pasando por yogures con probióticos para fortalecer la flora intestinal, hasta un resort exclusivo en unas islas de ensueño. En sus cuentas de redes sociales reflejan un día a día onírico en modo vacacional permanente. Internet es el espejo que refleja aquella hipótesis de la que alertaba Zygmunt Bauman. Se refería a la manera en que las personas se han convertido simultáneamente en promotores del producto y el producto que promueven. «Son, al mismo tiempo, encargado de marketing y mercadería, vendedor ambulante y artículo en venta», exponía Bauman en 'Vida de consumo'.
Gilles Lipovetsky, uno de los filósofos contemporáneos que reflexiona desde hace décadas sobre la repercusión de la exacerbación publicitaria en la actual sociedad de la abundancia, advierte de la implosión de una nueva cultura hedonista. Señala que es una cultura de consumo hiperbólico que «se impone igualmente como cultura de marcas». No hace tantos años las empresas seleccionaban películas o series de televisión con personajes conocidos para centrar sus campañas de marketing. Ahora el negocio está en los perfiles sociales que acumulan más seguidores y más 'like' (me gusta). Esto ha provocado la proliferación de un sinfín de estrellas virtuales que generan un bombardeo constante de promociones. De cada foto que publican, habitualmente retocada con los filtros de rigor, pueden colgar decenas de etiquetas. Los logotipos son omnipresentes en internet. «Las incitaciones al hedonismo están por todas partes». Y, como consecuencia, «las inquietudes, las decepciones, las inseguridades personales y sociales aumentan». Se satisface continuamente de manera efímera un vacío interior. Es lo que Lipovetsky define como «la felicidad paradójica» en su ensayo publicado bajo el mismo título y en el que propone también soluciones paradójicas. Explica la necesidad de que haya a la vez «menos consumo» como «imaginario multiplicador de la satisfacción» con regulación y moderación; y «más consumo» para que «retroceda la pobreza». Este equilibrio puede ser un buen principio. La alternativa de perpetuar el postureo como modelo aspiracional para las nuevas generaciones es un riesgo a futuro. En estos días de 'vuelta al cole' apunten, señorías, otro asunto pendiente que pasa por la educación.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.