Dame pan y llámame tonto

El paso del tiempo dejó en el olvido lo malo que fue José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno de España. Ahora es el presidente Sánchez quien disputa tan deshonroso título, sin dejar pasar oportunidad para sumar puntos en la consecución del mismo. ¿Conocen el dicho de «no es más tonto porque no se entrena»? Pues eso. Tenía a Zapatero, una vez salido del gobierno y con todos los respetos, como una especie de Mr. Bean con su simpatía, sus conferencias, un tipo entrañable, al fin y al cabo. Y de repente, en plena crisis mundial de la pandemia y tras la pantomima electoral de Maduro en Venezuela, Zapatero se despacha con una rueda de prensa desde Caracas diciendo que «no reconocer el proceso electoral que se realiza en el país sudamericano es desconocer a Venezuela y a su gente». Risas en Europa y aplausos en el Palacio de Miraflores.

A un expresidente de un país como España no se le puede ir la cabeza gratuitamente con semejantes afirmaciones, a sabiendas de que la oposición no participó en las elecciones a esta nueva Asamblea Nacional por considerarlas fraudulentas. A un expresidente no se le puede escapar que, en un país como Venezuela, la pobreza hace que 7 de cada 10 venezolanos no puedan hacer tres comidas al día.

La imagen del Zapatero mediador con el régimen venezolano resultó ser un fracaso y ha pasado a formar parte de las filas del chavismo, permitiéndose el lujo incluso de instar a la Unión Europea «a reflexionar sobre las sanciones al país después de estas elecciones». Los propios miembros de su partido se han visto obligados a desvincularse de semejantes declaraciones, alegando que las hace a título personal.

Rodríguez Zapatero no para de entrenar y no conoce techo o ¿es que realmente goza de algún vínculo especialmente motivador en Venezuela? A nivel político interesa más remover en ciertos medios de comunicación las cuentas con Hacienda del rey emérito, que hablar los negocios que se mueven en Venezuela entre ciertos personajes de la política española. ¿A santo de qué, el señor Zapatero, pierde toda credibilidad con sus afirmaciones tras aceptar la invitación de Nicolás Maduro en calidad de observador internacional?

Cuando estamos tan contaminados del tema del coronavirus y aparecen hechos como este de Zapatero con un país como el de Venezuela, en el que se pisotean los derechos fundamentales y la gente lo pasa tan mal, sientan como una bofetada inesperada. Utilizar las mentalidades progresistas utilizando la ignorancia de las personas debiera estar penado.