Urgente Ábalos denuncia ser víctima de una «inquisición general» por parte del Supremo

No tengo nada que decir sobre los problemas a los que se enfrentan cada día las mujeres, ni sobre su derecho a manifestarse y a reivindicar un día en el que se exponen sus luchas, retos y debates. No tengo nada más que hacer que ... atender lo que argumentan ellas, escucharles y tratar de formarme una opinión lo suficientemente consistente.

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No tengo demasiado que decir sobre lo que está ocurriendo en Ucrania, más allá de lamentar que sigamos recurriendo a la guerra para resolver conflictos, que no hayamos aprendido nada de la situación pandémica y sigamos generando terror y violencia. Apenas soy capaz de situar la zona del Donbass, Lugansk y Donetsk como para dilucidar su futuro o la postura que han de tomar ante la cruenta batalla que se está librando. No cuento con preparación suficiente como para anticipar las consecuencias de la crisis energética que se avecina, aunque soy consciente de que la economía se va a resentir, claro, y de que eso nos afectará de diversos modos. No me queda más que lamentar el impacto que toda esta barbarie dejará en miles de personas y en la difícil recuperación de un pueblo atrapado en la contienda. Pero opinar, opino poco, casi nada.

No tengo nada que decir sobre la posible fusión entre Orange y MásMóvil, si será bueno o malo para el consumidor, si conviene que se ponga fin a la excesiva fragmentación del mercado español. No sé qué es una 'joint venture', un término que se emplea en cada información que leo sobre el tema y que me impide profundizar en el asunto. Yo, en realidad, lo que quiero es pagar menos al mes del móvil, tener cobertura siempre y que la compañía no me complique demasiado la vida. Más allá de eso no sé qué más opinar.

Apenas soy capaz de situar la zona del Donbass, Lugansk y Donetsk como para opinar sobre su futuro

No tengo nada que decir -ni creo que sea necesario que lo haga- sobre la letra de la canción que representará a España en Eurovisión. Considero que se ha hablado más de la cuenta en los últimos meses de todo lo que concierne a este festival. No puedo decidirme sobre lo que me parece el 'hit' de Chanel. No sé si es denigrante o moderno. Si es que no entiendo lo que quiere expresar o que me importa bastante poco. La presidenta del Observatorio de Igualdad ha descartado cualquier modificación porque -explica- debe prevalecer la libertad de creación. Pues ya está.

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No estoy comparando lo que sucede entre Rusia y Ucrania con la idoneidad de la composición de Chanel. Que nadie le busque tres pies al gato. O cuatro. O los que sean.

Simplemente creo que no debemos opinar de todo, que no es necesario emitir juicios sobre cualquier cuestión, que debemos escuchar más y pensar bien lo que decimos para contribuir a la conversación y no a la distorsión. Que no hay prisa por mostrar nuestro parecer tan pronto como suceden los acontecimientos. Que tengo derecho a, de vez en cuando, no decir nada.

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