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El PP deja la política y se pasa al humor

Mikel Labastida

Valencia

Jueves, 5 de julio 2018, 09:42

Gestionar un golpe duro no es sencillo, nadie está suficientemente preparado para un revés o una situación inesperada. Los psiquiatras recomiendan diferentes técnicas para superar este tipo de baches, aceptándolos, buscando el enfoque positivo y enfrentándose a ellos sin miedo. Los del PP andan en esas ahora, después de que diferentes sentencias judiciales les sacasen los colores y tras ser haber sido desalojados del poder. En ese punto ellos han optado por una solución radical: han dejado la política y se han pasado al humor. Una nueva generación de cómicos ha surgido de las filas populares. Que se preparen José Mota y Millán Salcedo, que les ha salido competencia.

Cualquiera diría que los afiliados han sido convocados hoy para elegir al más gracioso del PP en lugar de a su nuevo líder nacional. Quien más y quien menos está enfrascado en demostrar sus dotes para el divertimento. La que más se ha empleado a fondo en esta tarea es Soraya Sáenz de Santamaría, que buscándose el porvenir por lo que pueda ocurrir está lanzando diferentes videosketches virales a través de las redes sociales. El otro día la vimos de buena mañana en la puerta de casa contando a sus seguidores que iba a colocar las calles de Madrid. Esa fue buena, hay que reconocerlo. En otro momento se grabó en el aeropuerto acudiendo a una farmacia porque un compañero tenía jaqueca. «Aunque para dolor de cabeza el que le vamos a dar a Pedro Sánchez, no va a haber paracetamol en el mundo», apuntaba. Lo dicho, El Club de la Comedia se la está perdiendo. Lástima que Netflix ya haya fichado a Paquita Salas, porque si no podría lanzarle una oferta perfectamente.

En esta vorágine por sacar todas las ocurrencias y el gracejo que llevan dentro el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Carlos Floriano, registró esta semana una batería de preguntas dirigidas al Gobierno. ¿Se referían a problemas y tesituras que atañen a todos los españoles, que son al fin y al cabo los que le han colocado ahí? Pues no. Ahora toca ser graciosos, hay que labrarse una carrera. ¿Son gafas graduadas?, cuestionaba en referencia a las Ray-Ban que lucía el presidente Sánchez en las fotos en el helicóptero Súper Puma. Parece que a algunos políticos del PP se les ha olvidado lo que representan las instituciones. No está confirmado que haya sido un popular pero todo apunta a que el que votó ayer por David Bisbal para formar parte del Consejo de Administración de RTVE también partía de esta formación. Quien más y quien menos cuenta chistes en las filas azules. Margallo, en lugar de lo de «van un inglés, un francés y un español», ha cambiado la entradilla por «van las dos viudas y el hijo adoptivo». Recursos, desde luego, no les faltan. ¿Hacen gracia? Depende de gustos, como todo. A mí poca. Preferiría que se pusieran a trabajar, a defender propuestas, a aportar ideas, a vigilar, a intentar establecer consensos. Esas cosas.

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