El detector de mentiras

Pero eso no exime a Bordalás de responsabilidades propias de todo entrenador; 32 goles en contra tras 20 partidos es una locura que depende del sistema defensivo y de los jugadores que lo ejecutan. El técnico habla muchas veces de errores individuales y no le falta razón. En este Valencia hay claros ejemplos de jugadores que no dan para más pero juegan porque no hay nada detrás. Pero en el Getafe -que siempre comparamos por razones obvias- tenía peores jugadores y mejor equipo. No tenía estrellas pero defendía mejor. No tenía internacionales TOP pero sí jugadores más aguerridos. Queda demostrado que con jugadores de ese perfil Bordalás fue capaz de hacer un bloque compacto, competitivo y ganador. Pero ahora ya no está en Getafe y tiene que hacerlo con otros perfiles; es su trabajo. Ha crecido en el escalafón de club y debe adaptarse a otra plantilla sin perder el rendimiento. Ni en sus sueños habría tenido en Getafe a Guedes, Soler, Gayà o Cillessen. Quizá por eso su VCF lleva tantos goles a favor. Pero sin cerrar la portería no llegará a ninguna parte. Y eso es cosa suya en gran medida; ser defensivamente como el Getafe y ofensivamente como está siendo el Valencia. No vale con pedir jugadores del perfil agresivo de Getafe para mejorar el rendimiento actual. Pedir es muy fácil; los grandes entrenadores se adaptan a lo que tienen y consiguen máximo rendimiento de las plantillas que entrenan. No esperan tener una plantilla a su gusto para conseguirlo. La ausencia de calidad, la falta de jugadores en determinadas posiciones y las lesiones juegan en su contra. Pero él es una pieza más en el engranaje de los problemas.

Y, tras todo lo expuesto, ¿en qué cabeza cabe lo de Wass? El jugador con más minutos para Bordalás en la rampa de salida de este mercado. Porque el club aceptaba la venta, por tanto, no se crean que el tema se ha terminado. ¿Y compras? ¿Llegadas? En un club normal se aprovecharían las ventanas de mercado para mejorar las carencias deportivas antes expuestas. En este salta el detector de mentiras: Meriton Holdings Company.