Eso que usted dice es imposible

El problema en cuestión es que una compañía telefónica ha duplicado el número de móvil de un cliente de otra compañía. Como lo leen. Dos líneas de firmas diferentes, dos personas que ni se conocen, un mismo número. Sabemos que es imposible, lo dice todo el mundo; porque encima hay un departamento estatal que vela por todo esto, pero se ve que no siempre son las cosas como deben ser, que hay resquicios.

El primer aviso de la anomalía consistió en que empezaron a llegar mensajes SMS de otra compañía, avisando de que el saldo se acababa y se agotaban los datos. Será un error, pensó el usuario, porque no era la suya, es de contrato con llamadas ilimitadas y apenas utiliza internet. A continuación se presentaron llamadas de personas extranjeras que, apenas comprobaban que quien respondía no era el que esperaban, cortaban. Más errores, pensó. Pero cuando se hizo habitual, en una de tantas llamadas logró que la mujer del otro lado aclarara que había marcado el número de un primo suyo que pocos días atrás se había comprado un teléfono con tarjeta de prepago. Comprobaron, cifra a cifra, que ambos números eran el mismo. Uno lo tiene desde hace más de dos décadas, el otro es reciente.

La voz de alarma más aguda la lanzó un amigo que advirtió: «Tienes un problema, te estoy llamando desde hace días y sale otra persona, me parece que magrebí, y no me he equivocado de número». Con sucesivas comprobaciones concluyeron que todas las llamadas efectuadas desde una determinada compañía le salían al otro, fueran para él o no, mientras que las de las demás compañías que iban para él, sólo salían a este lado. Los wasaps iban bien, los SMS no.

Los técnicos y responsables consultados insistieron en que eso era imposible. Pero sucedía, y la otra compañía acabó reconociendo que habían duplicado por error el número, que «vaya lío que le han montando», por lo que pidió disculpas y dijo que procedía a corregirlo.

Ya no llegan llamadas equivocadas, todo parece en orden por ese lado. Sin embargo sigue habiendo algo inquietante: la otra compañía, que prometió corregirlo, continúa enviando mensajes sobre supuestos saldos y recargas. Así que es de suponer que el 'otro' número, aunque aparcado de momento, sigue vivo. Así que no se fíen, hay duendes imposibles.