Urgente Un accidente en la V-21 a la altura de Horno de Alcedo causa más de cinco kilómetros de atasco este miércoles

No te disculpes Mónica Carrillo, no hay nada por lo que pedir perdón. Es lógico que se te quiebre la voz si tienes que dar en directo la noticia del fallecimiento de dos compañeras. Es comprensible que te muestres compungida si debes recordar la trayectoria ... de dos personas a las que has estado unida. Es razonable que no puedas mantenerte hierática en una tesitura tan delicada. En cualquier caso aunque las circunstancias fuesen otras, aunque no fuera tan grave lo que cuentas, ¿por qué hay que perdonar que alguien llore, por qué debemos reprimir en público este tipo de manifestaciones de sentimientos?

Publicidad

No te disculpes. Ni tú ni nadie que necesite desahogarse, que le cueste encarar un estado de ánimo, que se desmorone. No hay motivo para no mostrar esa cara, para esconderla como si fuese a dañar o incomodar a alguien esa visión.

Lo de Carrillo ocurrió el pasado domingo, y se ha compartido por redes hasta hacerlo viral. Por inusual, supongo. La presentadora de informativos del fin de semana en Antena 3 tuvo que relatar las repentinas muertes de una periodista -Myriam Romero- y una productora -Inma Salvador- de la cadena con las que, tal y como relató, mantenía una relación estrecha. Pero apenas pudo terminar la entradilla con la que introducía el vídeo sin entrecortarse por la tristeza. «Les pido disculpas -dijo a la vuelta- porque hoy la emoción ha podido con esa noticia tan conmovedora para todos nosotros».

No dejemos que la congoja nos haga parecer débiles, no demos por hecho que el sollozo es de blandos

Si uno se ríe en público no se disculpa. Si se muestra serio o enfadado tampoco. Incluso puede parecer borde y eso también se permite. No hay problema con nada de lo anterior en la mayoría de ocasiones. Pero cualquier atisbo de sensibilidad se censura. O nos lo autocensuramos, que es peor. Nos sale de manera automática. Lo hemos interiorizado sin cuestionarnos por qué.

Publicidad

¿Por qué te disculpaste Mónica Carrillo? ¿Alguien se pudo sentir ofendido por su comportamiento? Lo dudo. ¿Acaso la periodista había mentido o tergiversado algún dato? Ese sí podría ser un motivo de peso para dirigirse a los espectadores en esos términos. Pero no pasó nada de eso. ¿Entonces?

Las lágrimas nos incomodan, al que las vierte y al que mira cómo al otro se le caen. No sabemos reaccionar ante ellas, no nos han educado para hacerlo. Menudo mundo este en el que tratamos de evitar esa clase de situaciones, muy emocionales.

Publicidad

No te disculpes Mónica Carrillo. No perpetuemos pautas sin sentido que no responden a ninguna justificación. Cambiemos las percepciones, normalicemos las emociones.

No dejemos que la congoja nos haga parecer más débiles, no demos por hecho que el sollozo nos convierte en blandos como para desempeñar cualquier cargo con autoridad. No nos creamos eso de que los fuertes no lloran.

No te disculpes Mónica Carrillo. Todos comprendimos y secundamos tu reacción.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad