Directo Sigue el minuto a minuto del superdomingo fallero

El suministro de gas se está poniendo tan chungo que los gobiernos de Alemania y otros países europeos están pidiendo a su ciudadanía que procuren ... ahorrar al máximo, porque de lo contrario tendrán que imponerles restricciones. Ahora no pica aún como se teme que alcance el drama dentro de unos meses, cuando el rigor invernal vaya sustituyendo al estival y convenga echar mano de calefacciones y demás para mantener el acostumbrado confort.

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El gran peligro está en que se note demasiado un inesperado deterioro de la sociedad del bienestar que se instaló entre nosotros y nos vendieron como lo más parecido al paraíso recreado en unos metros cuadrados de hábitat artificial.

Es tiempo de llenar grandes depósitos de gas para afrontar los primeros meses de frío, pero el abastecimiento ruso está bajo mínimos y en trance de interrumpirse del todo en cualquier momento, de modo que si en tiempos de normalidad las reservas almacenadas podían cubrir entre uno y dos meses, ahora se teme que no se pueda llegar a tanto y, sobre todo, que lo que vendrá a continuación sea peor.

Si nos falta el gas, calentaremos el agua otra vez con leña y reinventaremos el gasógeno para coches

Las cosas pueden ponerse tan duras que se temen cierres de fábricas por falta de energía y el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, que es del partido de los Verdes, ha tenido que hacer un llamamiento al ahorro en el plano más casero, para que se acorten las duchas. El tiempo de cada ducha, ha matizado, no el tiempo entre duchas, por si alguien llegaba a interpretaciones menos higiénicas.

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Para terminar de aclarar su consejo de economía doméstica, el ministro germano ha dicho que él siempre se ha duchado con rapidez, que nunca en su vida ha estado bajo la ducha más de cinco minutos. Y eso que se entiende que hablaba de duchas con agua caliente, o al menos tibia; de no haber más remedio que conformarse con la fría por cualquiera de los grifos, seguro que se baten récords de corto tiempo al desnudo y se amplían plazos entre lavatorios. Otro problema social en ciernes, porque a ala vez se recomienda al respetable que ahorre a base de usar más el transporte público, donde la humanidad muy agrupada capta enseguida lo que pueda olerse alrededor.

Tanto tiempo de avances y promesas de desarrollo a ultranza para llegar a esto, ¡En 2022! Quién lo iba a decir. Tomaron decisiones y ahora resulta que no habían previsto lo que se nos viene encima. En Alemania, los Verdes impusieron el fin de las nucleares. Ahora, al menos, les queda el comodín del carbón; ya no importa lo del CO2 y lo que cuelga. Aquí en España, ni eso; se apresuraron a dinamitar centrales por contaminantes. Si hace falta volveremos a calentar agua con leña, hoy llamada biomasa. Y al gasógeno hispano para coches.

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