Para entender cuál es el nivel y la realidad del país en el que vivimos, basta con abrir las orejas y prestar atención a la música que suena alrededor. No es una metáfora, si usted hizo la EGB ponga la radio, encienda la tele y ... dígame si aguanta lo que escucha. El 'Benidorm Fest', ese pequeño aperitivo de lo que será el festival de Eurovisión es un ejemplo contundente de la deriva social y musical. La generación actual es víctima de cortos momentos de felicidad efímera. Se han acostumbrado al consumo de contenidos muy bien presentados, espectaculares cajas con lazo rojo, sin que en su interior haya nada que valga la pena.

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No es una novedad pero la confirmación de que impera el consumismo superficial con falta de talento es preocupante.

Los jóvenes han aprendido que el esperpento bien viralizado es muchísimo más rentable que un trabajo lento y bien elaborado. Puedo asegurar que después de haber visionado el 'Benidorm Fest' aún me duelen los oídos y los ojos siguen fuera de las órbitas. Diferenciemos el tratamiento del fenómeno eurovisivo como producto para venderlo a un determinado público y otro asunto es poder hacer una crítica aislada de lo que ahora se viene llamando música.

El 'Benidorm Fest', aperitivo de lo que será Eurovisión, es un ejemplo de la deriva social y musical

Métase en la web de RTVE, rescate el video de la gala pero no lo visione y haga una escucha de los temas sin el apoyo de la imagen. Muchas de las interpretaciones no pasarían la primera fase de un casting de concurso de radio de pueblo, con todo el respeto a las radios pequeñas. Hay ovejas que cuando balan al amanecer afinan mucho más. Eso sí, cuando la imagen lo apoya, aparece un apaño con baile, mucho glamour y bastante indocumentado por el escenario. A sabiendas de hacerme pocos amigos, no creo que la representante española se vaya muy lejos del resultado que obtuvo hace 40 años Remedios Amaya con aquel '¿Quién maneja mi barca?'. Los de la EGB saben de qué hablo.

No hay educación ni cultura, tampoco en la música moderna. A las letras me remito. Existe una analogía entre la deriva musical actual y el comportamiento de la sociedad, sobre todo en la juventud. Son carne del consumo compulsivo, sin más exigencia que la del feliz momento falto de talento.

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Quien manda, es consciente que vale el dicho de «dame pan y llámame tonto» y en esas estamos. Una estrategia basada en dar circo para el pueblo porque de lo que importa, ya se encargan de que no llegue. La falta de información y los palos con zanahoria son aspectos de un largo proceso que desemboca en la falta de educación, la clave perfecta para manipulación de un pueblo.

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