CARMEN VELASCO
Domingo, 20 de mayo 2018, 08:28
Nadie quiere ser pobre, ni feo, ni estar enfermo ni solo. Nadie tiene como meta formar parte de «los ningunos» ni de «los dueños de nada», como acuñó Eduardo Galeano. «Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres», escribió. Con la polémica sobre la nueva casa de Irene Montero y Pablo Iglesias pensé en el escritor uruguayo, quien ha sido citado por el líder de Podemos en numerosas ocasiones. La adquisición de la vivienda en Galapagar, que forma parte «del proyecto familiar emprendido» (sic) por los diputados de la formación morada, ha causado un incendio político que aún tardará en apagarse y a ver qué cenizas quedan. En la producción literaria de Galeano también hay palabras incandescentes: «Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman». Entre las llamas de la literatura y las del juego político, quédense con las primeras.
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