Se abre el telón y aparece la Ministra de Defensa, Margarita Robles, hablando por teléfono con Bruselas para decirles que no sabe si España va a poder enviar tanques a Ucrania, porque se han dado cuenta de que les faltan los agujeros de los cañones. ¿ ... Cómo se llama la película? No es una broma del mítico Miguel Gila, tenemos películas como ésta todos los días, pero la gente saturada desconecta de la realidad.

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Nosotros, currantes de medios de comunicación, somos auténticos 'yonkis' de la información, profesionales que por nuestro oficio nos metemos por ojos y oídos toda la actualidad posible. Hasta hace bien poco, desconfiaba del posible cambio tras las elecciones del mes de mayo. Mi amiga Sibila, más acostumbrada a transcurrir por aceras de izquierdas que de derechas, siempre me ha dicho que la gente no tenía la percepción de que los actuales gobernantes hubieran cometido grandes 'cagadas'. Discutible. Lo que resulta indudable es que afloran los nervios, la cuerda se tensiona y aún quedan cuatro meses para las elecciones.

Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), en el Foro de Nueva Economía dio con una de las claves de la actual situación, al afirmar que nada tienen que ver las formas de gobernar de PSOE y PP cuando lo hacen en mayoría, que cuando lo hacen con el apoyo de esos pequeños partidos políticos instalados en el «no» permanente. El español es paciente y buena gente, pero hay que tragar mucho para aguantar esta línea de despropósitos: van a dejar morir la agricultura de todo el mediterráneo con su negativa al trasvase del agua, tenemos una de las mayores tasas de paro dentro de la UE, la gasolina, la vivienda, los coches o la cesta de la compra se han disparado, los violadores ven rebajadas sus penas o quedan libres gracias a leyes impulsadas por los partidos anti-constitucionalistas y de extrema izquierda que gobiernan junto a un presidente que ya no puede salir a la calle.

El español es paciente y buena gente, pero hay que tragar mucho para aguantar esta línea de despropósitos

Como la situación es ya tan insostenible se ven en la necesidad de desviar el foco de atención, ¿cómo? Tirando del primer capítulo de la guía de populismo: los empresarios son capitalistas despiadados, con nombres y apellidos.

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Huele a fin de ciclo y ya me ha dicho Sibila que, si así sucede, las calles volverán a arder. Hay mucho estómago agradecido y mucho colocado que no lleva bien que todos los votos valgan lo mismo. La derecha no tiene los mismos derechos que cuando gobierna la izquierda, o lo que es lo mismo, una Isabel Díaz Ayuso no puede ser premiada en una Universidad. Son cosas reservadas para los de izquierdas. La que se nos viene encima.

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