¿Españoles de mierda?

Tu te sientes español. Porque naciste en España y lo mamaste. Te podrías sentir bielorruso, o independentista del cantón oriental del Beluchistán, si fuera el caso, pero no, te enseñaron desde el principio que eres español, que tu país es España, de modo que te gusta Valencia, Zamora, Cádiz, Lleida o Lugo, porque son España y porque te gustan, aunque también te entusiasmen otros sitios y te sientas bien en cualquier parte. Pero te tira España, como te tira tu casa, tu pueblo, tu origen, lo que te rodea... La cuestión es que a estas alturas no sabes muy bien por qué no te quedaste en La Coruña, o sí, y te sientes de la Coruña cuando vuelves, como también podría haber ocurrido en Madrid, en Barcelona o en Pola de Allande, y en tantos lugares donde te quedarías, ahora más bien en pueblos pequeños, recónditos; no vacíos, pero con poca gente, y sobre todo con río, y con personas sabias. Bueno, eres valenciano, y un poco o mucho también de cada lugar al que vas. Y eres de España. Y entonces no entiendes qué clase de odios emergen en algunas personas cuando ves que en Barcelona, alrededor de un partido de fútbol, que ya es la repera, se exhiben unos señores con unas camisetas que dicen: «Soc català. No espanyol de merda. Vixca Catalunya». Te quedas estupefacto. Porque estás de acuerdo con lo primero y lo tercero («Soc català... Vixca Catalunya»), pero ¿y lo del medio? ¿A qué viene eso de «No espanyol de merda». Unos señores tan mayores y con tan poca educación. ¿Que no fueron a colegios de pago? ¿De dónde surge tamaña inquina hacia uno? Porque si alguien dice que no es tal cosa «de mierda» es que está diciendo que son merdosos los que lo son, por ejemplo un servidor. ¿Acaso soy yo «un espanyol de merda»? ¿Lo será también el compañero de al lado? ¿Y el otro, y la otra? ¿De qué nos conocen estos señores que nos insultan de esta forma, y en qué se fundan? Y sobre todo: ¿quién nos defiende?, ¿quién va ante estas personas y les dice al menos que no está bien ir por ahí diciendo barbaridades, insultando a los demás por que sí?

Bueno, calma, desahogo cumplido. Al fin y al cabo no es más que lo de siempre, en tantos ámbitos. También te gusta, por ejemplo, que gane el Valencia, aunque lo presida un señor singapurés y sepas que los que juegan aquí y allá son empleados que a fin de cuentas besan con afán el escudo de quien mejor les paga. Pero a tí te pesa el nombre, la tradición, los nombres épicos: Puchades, Claramunt, Kempes... Valencia, ya ves; España. Y aunque no le pongas pasión como tantos, siempre prefieres que gane el de más cerca. Primero el Valencia, pero si es el Levante, pues el Levante, y si es el Barça con uno de fuera, pues el Barça, y con el Madrid o el Sevilla, lo mismo. Por eso te duele tantas veces que a tu alrededor haya valencianistas que odien al los levantinistas, y al revés, y otros que quieren que caigan los barcelonistas, o los madridistas. Vaya tropas, siempre igual. Círculos concéntricos para perderse.