Han sido los propios vecinos de Valencia los que le han puesto el collar al perro, en este caso a las ratas, tras denunciar a través de Fernando Giner, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, el problema que sufren con las plagas de ... los malditos roedores. Grandes y pequeños, suben por los árboles, corretean por los jardines y campan con más tranquilidad que los perretes que pasean con sus dueños.
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Esta invasión no es espontánea sino fruto de una consecución de hechos que se suceden hace tiempo. Valencia era una ciudad cuidada y aseada. El servicio de limpieza de aceras, calles, jardines y parques se hacía notar porque realmente se veían brigadas de limpieza trabajar. En cualquier mes como este de octubre, Valencia amanece cada día como si la noche anterior hubieran sido las fiestas de Fallas. En nuestras calles impera, con perdón, 'merda' para parar un tren. El caldo de cultivo ideal para la proliferación de ratas y cucarachas ¿Recuerdan la falta de cuidado en las palmeras de la ciudad o el desplome de parte de un ficus centenario en el Parterre? No son casualidades. No se poda como antes, ni se hace una labor de mantenimiento en la ciudad y eso que nos funden a impuestos, aunque se llenen la boca con todo lo contrario.
Ribó parece que no leyó lo del alcalde de Hamelín, que por lo menos se interesó en buscar una solución a la invasión de ratas en su ciudad cuando mandó traer gatos. Cuentos aparte, desde hace mucho tiempo nuestro alcalde parece desaparecido en combate. Hemos sufrido y padecemos aún problemas importantes en Valencia, pero Ribó jamás ha salido a primera línea para decir «esta boca es mía», excepto cuando desde los medios se ha ejercido presión para que saliera a la palestra.
Son un escándalo las más de 100.000 multas impuestas este año solo con las cámaras de Ciutat Vella. El alcalde calla sin entender que algo deben hacer mal, de lo contrario ¿cree que somos tan lerdos más de 100.000 valencianos como para recibir multas de 60 €? Suma y sigue: el transporte público es un desastre en manos de Grezzi, la única cara ya visible de Compromís en el ayuntamiento, teniendo en cuenta que Galiana tira la toalla y a Fuset le espera la justicia.Por eso Ribó decide presentarse de nuevo como candidato a las elecciones, para salvar a su partido y no para dar solución a lo que realmente preocupa al ciudadano: ratas, limpieza, impuestos, sanciones o proyectos para la ciudad. Le digo yo que gane o pierda se largará y un nuevo flautista a su casa lo enviará. Y colorín, colorado...
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