Recitaba Andy García a Sean Connery, al reclutarlo este para sus Intocables, las razones por las que quería ser policía. «Para proteger la propiedad y a los ciudadanos...» De memoria, robotizado, como quien susurra un padrenuestro. Con la misma abnegación rinde pleitesía el periodista a ... su estrella polar: la verdad. Es posible que el escéptico tenga razón sobre ella y no exista. O que su mutabilidad la vuelva inabarcable, tantas verdades como prismas desde los que otear la realidad. Incluso puede tornarse peligrosa si se muestra sólo a medias, envuelta en mentiras. Pero tanto vale el camino como la meta, y el mero hecho de buscarla, o desenmascarar al impostor disfrazado de ella, nos mantiene en la buena senda. Andy García cambió pronto su discurso. El periodismo no admite atajos. Se lo debemos a quienes nos precedieron y a los que nos sucederán. Y a la verdad misma.

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