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EL SUR TAMBIÉN EXISTE

La colectiva 'Habitar el Mediterráneo' reflexiona sobre un mar común y lo hace olvidándose del arte valenciano, balear, murciano y andaluz

rafa marí

Lunes, 31 de diciembre 2018, 10:01

Ministerio de Cultura. 'Habitar el Mediterráneo' centra su interés «en las manifestaciones artísticas, culturales o arquitectónicas que comparten mucho más que el hecho de estar en un área geográfica bañada por las aguas del mar Mediterráneo». La colectiva, con obras primitivas y de la vanguardia, está comisariada por Pedro Azara (Francia, 1955), profesor titular de Estética en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona. Compuesta por más de 150 obras y patrocinada principalmente por el Ministerio de Cultura, podrá verse en el IVAM hasta el 14 de abril.

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Recorte. El Ministerio, el IVAM y Azara reflexionan sobre «un mar común» recortándolo agresivamente. El sur de España no aporta nada a la exposición. Su responsable no ha querido. Parece una actitud militante. En 'Habitar el Mediterráneo' participan artistas catalanes (5), alemanes (6), franceses (6), libaneses (5), indios (1), vallisoletanos (1), tunecinos (1), italianos (2), sirios (4), iraníes (1), madrileños (2), santanderinos (1), neoyorquinos (1), argelinos (1), palestinos (5), albaneses (1), húngaros (1), israelitas (1) e ingleses (1).

Ni uno. ¿Arquitectos, pintores, escultores y fotógrafos castellonenses, valencianos o alicantinos? Ni uno, oye. Ni siquiera como cortesía al IVAM, museo que ha editado el catálogo, o en atención a Valencia, ciudad de la que arranca esta exposición seguramente itinerante. ¿Arquitectos, pintores, escultores y fotógrafos baleares, murcianos o andaluces? Ni por casualidad. Tal vez Azara piense que el sur español nada tiene que decir sobre el Mediterráneo en la indagación sobre la influencia del mar en nuestros modos de vida y en el arte creado por sucesivas generaciones.

Antivalencianismo. El sur español existe, claro que existe. En logros artísticos, en número de votos y en tensiones sociales. Se habla mucho del anticatalanismo. En este momento sería más justo hablar de un tenaz antivalencianismo, antiandalucismo, etcétera, alimentado desde el centro (ministerios, TV públicas) y desde Cataluña. Esa manera 'anti' no se expresa con palabras (aunque Jordi Pujol y su esposa sí lo hicieron), se expresa con olvidos, vetos, menosprecios, desdenes, sectarismo...

'¡Policía!'. El víctimismo me parece una receta ideológica de tercera categoría, pero en ocasiones no hay más remedio que llamar a los representantes del orden público cuando políticos y comisarios venidos del Norte te están clavando alfileres por todo el cuerpo. «¡Policía, por favor!, salvéme, estoy pasando un mal momento, siento un dolor profundo en los brazos, la espalda, la nuca y las piernas, incluso creo que me han quitado la cartera...».

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Influjo. No quiero abusar de este ataque de victimismo que me ha asaltado de pronto. Dejo el papel de víctima y paso al de sádico. Le recordaré a Pedro Azara y al Ministerio nombres de destacados artistas baleares, valencianos, murcianos y andaluces que han creado hermosas obras naciendo, viviendo en el Mediterráneo y sintiendo su poder telúrico (esas cosas no se aprenden con dos o tres vacaciones en Ibiza, eso se lleva en los genes).

Presente y pasado. Grandes artistas mediterráneos: Demetri Ribes, Francisco Mora, Sorolla, Pinazo, Muñoz Degrain, Lozano, Sebastián, Michavila, Evarist Navarro (en la obra de este escultor, fallecido en 2014, lo ancestral y el barro tienen gran protagonismo), Miquel Barceló, Ramón Gaya, Pedro Flores, Gordillo, Pérez Villalta (de Tarifa, donde el Mediterráneo se junta con el Atlántico), Julio Romero de Torres (Bancaja le dedicará este año una antológica)... Y de hace siglos: Zurbarán, Velázquez, Murillo...

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El Cabañal. Por no hablar de los relieves íberos de Osuna, la Dama de Elche, la Dama de Baza, la Mezquita, los sarcófagos fenicios de Cádiz, la Alhambra... Y en Valencia, las ruinas romanas de la Almoina o el modernismo popular del Cabañal (en la exposición hay numerosas fotos de arquitectura modesta y marcada por la urgencia en diversos países).

Librillo. Cada comisario tiene su librillo, cierto. Pero algunos de esos librillos hay que tirarlos ya a la papelera. Esta es una exposición falllida. Deja innecesarios agravios culturales. 'Habitar el Mediterráneo' no nos descubre el Mediteráneo.

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