Un directivo de Saimaza y Marcilla llama a España Estado fascista y los clientes y no clientes ofendidos deciden no consumir su café. Encima, los jefes dicen que las opiniones personales son opiniones personales. En EE UU, Laura Ingraham, presentadora de Fox, ridiculizó a David Hogg, activista adolescente superviviente del tiroteo en Parkland, y el chico pidió el boicot publicitario a su programa. La ofensa de Ingraham consistió en reírse de una entrevista en TMZ donde Hogg contaba que le habían rechazado en cuatro universidades californianas pese a sus notas. En asegurar que lloriqueaba. Nestlé, Hulu, Johnson & Johnson o Bayer han hecho caso al muchacho. Ingraham se disculpó. Dio igual. Y ni siquiera discutió el control de armas, habló de la admisión en universidades. Este boicot ¿fascista? es para destruir a un oponente político. El niño da más miedo que una rubia bocazas. En España, a facha de hoy, andamos en párvulos de boicot.
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