La falla del So Quelo

La comisión estaba ilusionada a pesar de las penurias de la época, ya que había ganas de rehacer la vida y las fiestas falleras. El proyecto se lo entregan a Regino Mas, y la comisión destina un total de 125.000 pesetas para sufragar el coste de la falla y los festejos.

Como es sabido, el trabajo de Regino Mas entusiasmó a los valencianos. La gigantesca falla, la más grande hasta ese momento, satirizaba al labrador como rey de la huerta. El So Quelo, que había ganado muchas pesetas en la posguerra valiéndose de la escasez de productos y ejerciendo el estraperlo, algo que retrató Francisco Almela y Vives, autor del correspondiente llibret, con gran brillantez y del gusto de todos.

Desde ese año, la plaza fue y ha sido escaparate de trabajos memorables, como por ejemplo las fallas plantadas por, entre otros, Modesto González, Octavio Vicent, los hermanos Fontelles, Juan Huerta, Ricardo Rubert, José Barea, Manolo Martín, Miguel Santaeulalia, José Pascual 'Pepet' y, sobre todo, el recientemente fallecido maestro Vicente Luna, que es quien más fallas ha plantado en la plaza del Ayuntamiento. Un escenario que ha servido para consagrar a numerosos artistas desde sus inicios en la profesión, algunos con propuestas vanguardistas y otros clásicas, siempre del agrado del público con contadas excepciones de rechazo. Un escenario que se mantendrá en la futura reforma de la plaza, donde una de las premisas es que el emplazamiento actual no cambie. Manda la tradición.