
Hay muchos fascismos
EL ESTADO DE LA COMUNITAT VALENCIANA ·
Es fascista usar el preámbulo de una ley para colar consignas políticas. Es fascista lanzar piedras contra el mitin de un partido. Y lo es no condenar una amenaza con balasSecciones
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EL ESTADO DE LA COMUNITAT VALENCIANA ·
Es fascista usar el preámbulo de una ley para colar consignas políticas. Es fascista lanzar piedras contra el mitin de un partido. Y lo es no condenar una amenaza con balasLo que trasciende. Hablamos de balas. Hablamos de piedras. Hablamos de extremos que se alimentan unos a otros. Ambos execrables. Ambos duchos en emplear el populismo, la manipulación y la mentira como armas con las que enfrentar a los españoles. Hablo de Vox. Hablo de Podemos. Hablo de dos partidos que están polarizando peligrosamente el espectro político español. Que están echando sal y vinagre sobre las heridas de las dos Españas. Esas que nunca han desaparecido. Porque aquí llevamos ya camino de un siglo en dos bandos. Rojos y azules. Madrid y Barça. Ricos y pobres. Dejándonos engañar por las consignas de los que están en el trono de cada extremo. De los que les interesa que sigan existiendo los conflictos y los frentes abiertos para seguir viviendo de su chiringuito político, de su chaletazo, de su chaqueteo partidista, del pesebre de publicaciones destinadas a defender la maniquea Ley de Igualdad y su lenguaje de niños, niñas y niñes. La ciudadanía acaba convertida en peleles. Azotados por extremos.
Y me disculpen los lectores por no ser fiel al epígrafe situado en la cabecera de este análisis. 'El estado de la Comunitat Valenciana'. Sé que de lo que aquí voy a hablar, trasciende el ámbito autonómico. Pero lo incluye, porque hablamos de todo el Estado. Tratamos aquí la que se ha montado tras el barrizal de debate en la Cadena Ser para las elecciones de Madrid. Que ya ha acarreado la suspensión en Radio Valencia del debate preparado para tratar el ecuador de la legislatura del gobierno del Botánico. Que alguien me explique por qué los partidos dicen 'cortamos', 'rompemos la baraja', 'ya no te 'ajunto'', actitudes infantiles y que al final lo que hacen es robar a los ciudadanos la posibilidad de informarse, de confrontar posiciones, de adoptar una opinión. Pero nada, el nivel de nuestros estadistas es hoy este.
Arde España con la negativa de Monasterio a condenar el sobre con balas y amenazas de muerte que recibió Iglesias. Mal. Postura execrable la de Vox. Como lo fue su actitud faltona y maleducada durante el debate. Como fue poco profesional Àngels Barceló tratando de una manera al resto de partidos respecto a Vox. Tildándola de extrema derecha. ¿Y por qué no llamó a Podemos extrema izquierda? ¿O 'centro veleta' a Ciudadanos? ¿O 'esbirro de Sánchez' a Gabilondo? Una moderadora ha de ser eso, neutra. No calificar, no opinar ni lanzar soflamas y mítines. ¿O 'Barceló for president' se presenta el 4 de mayo? Porque en el debate, escuchándola cerrar a ella el programa, casi sonaba a eso.
Pero sobre todo llama la atención que España arda por la falta de condena de Monasterio, llamas que alabo. Pero, ¿por qué no ardió cuando Iglesias bailaba la conga, y como locomotora, no precisamente con un papel secundario, en el escenario de un concierto abertzale y proetarra? Pueden buscarlo los lectores en Youtube. Ahí no hablábamos de balas en sobres. Ni de piedras contra mítines de partidos políticos (por muy fachas que sean) democráticamente elegidos. Ahí hablábamos de bailar el agua a asesinos. De los responsables de casi 900 muertes. Como fascista es usar, desde el Gobierno, un preámbulo de Ley Orgánica para criticar al anterior Ejecutivo. El BOE como mitin. Somos incapaces de pensar como Estado.
De aquellos polvos, estos lodos. En política no todo vale. Ni de uno ni de otro color. Iglesias mintió en directo a todos los españoles al decir que él dirigió a la UME en su labor contra el Covid en las residencias. Defensa lo desmiente. La inacción en Alcoy, Requena, Vinaròs, Elche... costó decenas de tragedias. Muertes reales. Más allá de piedras, extremos y balas. Hay muchos fascismos.
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