Feliz año nuevo a todos

El cardenal Cañizares explica y detalla su propuesta de vender bienes de la diócesis valenciana para poder ayudar a los más necesitados

ANTONIO CAÑIZARES LLOVERA ARZOBISPO DE VALENCIA

Miércoles, 6 de enero 2021, 07:22

Hace unos días en mi felicitación navideña desvelé la intención de que la diócesis de Valencia se iba a despojar de bienes patrimoniales preciados y los iba a compartir con los pobres. La noticia se ha extendido y hoy ofrezco una explicación amplia de esto.

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Vino al mundo, nada tenía. Se despojó de todo, dió su amor sin medida a todos. Creció y maduró pobre, volvió a decírselo de nuevo a un joven que era rico: «Si quieres seguirme, véndelo todo, dáselo a los pobres, niégate a ti mismo y sígueme».

Nos entregó a su Madre, por ti y por mí, por y para todos, nos dejó todo su infinito amor, nos amó hasta el extremo. Y nosotros ¿qué? Sus palabras: «Haced vosotros lo mismo». Se hizo ver en los hambrientos, los enfermos, los sin techo, los privados de libertad, de los que siempre tuvo compasión. ¿Nos vamos a cruzar nosotros de brazos, sin reaccionar? ¿No vamos a seguirle, como sus primeros discípulos «dejaron todo y lo siguieron»? ¿No nos pide a esta comunidad de hermanos que es la Iglesia, que es, en concreto la diócesis de Valencia, que hagamos lo mismo? Es, además lo que vemos en el gran Arzobispo Santo Tomás de Villanueva, o en el Beato Ciriaco Mª Sancha, mi antecesor en Ávila, Valencia y Toledo, que tanto hizo por los trabajadores. Eso es lo que nos pide y lo que anuncié al afirmar que la diócesis se iba a despojar de algunos bienes patrimoniales preciados para compartirlos con los pobres. No soy yo, Antonio Cañizares, quien se despoja de bienes, ¡Dios me libre de esa presunción y poderío!, sino vuestro servidor y pastor a semejanza de antecesores en la sede valenciana. Así, vuestro Obispo Antonio, pastor y servidor indigno vuestro, se va a despojar de bienes que no son ni míos ni de vosotros, queridos valencianos, sino de los pobres, porque la diócesis como iglesia, es de los pobres y para los pobres, lo mismo que su único Señor. Por esto, y nada más, mi mensaje se mantiene firme y se hará realidad este 2021, si Dios quiere, que querrá seguramente.

Para esto, se va a constituir una Fundación que se denominará 'Pauperes', pobres, o 'Pauperibus', para los pobres, cuyos bienes patrimoniales iniciales serán unos cuarenta cuadros, todos colgados en las paredes del despacho del Arzobispo, la sala de audiencias, el salón del trono -reminiscencia que queda de antaño- despachos, la sala de reuniones 'Benedicto XVI', la capilla, vivienda del arzobispo; son cuadros variados de diverso valor, algunos de pintores valencianos; entre estos cuadros hay un cuadro del siglo XX, del Cardenal Beato Ciriaco María Sancha, propiedad personal que me regaló su autora cuando estaba de arzobispo en Toledo, que está en mi despacho donde vivo, trabajo y escribo, y que estimo el que más por ser un retrato de este Cardenal, padre del catolicismo social español de los siglos XIX y XX y apóstol de los trabajadores, pintado por Mª José Ruiz, espléndida pintora, que penetra el interior del alma humana y plasma en retratos perfectos. A los cuadros se añadirán otros bienes como algunas esculturas, parte de un belén del siglo XVII, un San Sebastián bellísimo y algunas otras obras, como también pectorales míos de los que me desprendo. Todo este conjunto se expondrá en el Salón de actos de la Facultad de Teología, futura sede principal de la Universidad Católica, en la calle Trinitarios, y podrá ser conocido y visitado, junto a otros datos de bienes inmuebles de los que se despojará la diócesis para los pobres. En esta exposición aparecerá también el proyecto de destinación de estos bienes para los pobres, cuyo destino primerísimo será el paliar hambres, necesidades de techo, de medicinas, de lo más primario. Los bienes no «salen» o se «marchan» de la diócesis, en ella se quedan, se destinarán a obras para los pobres, que son la Iglesia, y con los que Jesús se identifica pues ¿dónde encontramos a Jesús?, ¿dónde está su trono, dónde se sienta? Su «trono» son los pobres, es la Iglesia de los pobres y los que sufren. Dejarán estos cuadros de adornar nuestras paredes para servir a Dios aprovechando en favor de los vulnerables y necesitados, que esto es amor. Y esto coincide con el Año Jubilar del Santo Cáliz de la Pasión.

No creo que nadie me reproche nada ante esta iniciativa que, bien sabe Dios que no es mía, sino suya, de Dios mismo. Me recuerda salvadas las distancias, a algunos santos Padres, por ejempló Juan Crisóstomo, porque donde mejor están no son colgados de las paredes para adornar, sino en la mesa y en el hogar de los que sufren.

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Esta Fundación que se crea para los pobres, o en favor de los pobres y de la lucha contra la pobreza está abierta a recibir donaciones de personas e instituciones de Iglesia y de donaciones de otras personas e instituciones, civiles o sociales. ¡Ánimo, haced vosotros lo mismo!

Y esta es mi felicitación y deseos para el año nuevo, y que hagamos, entre todos, el mundo que Dios quiere, de amor, de concordia, de compartición de bienes, de cuidado de unos y de otros, de lucha contra la pobreza de trabajo digno y estable, para sembrar caridad y justicia, paz, y edificar, con la ayuda de Dios y de su amor, una nueva sociedad, una nueva civilización del amor, la «ciudad de la alegría, que tan extraordinariamente nos describió el escritor J. Lapierre. ¡Es posible, y esto sí que es erradicar el virus de la insolidaridad que tanto daño y enfermedades causa y graves! Esta sí que es la Valencia de siempre: la que acoge, y se siente solidaria, la que canta su himno regional: «Para ofrendar nuevas glorias...». ¡Amunt, avant Valencia! ¡Vixca Valencia!

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Con mis mejores deseos, mi felicitación, mi oración y mi bendición para todos, en este Año nuevo y siempre.

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