Observador. Autocrítico. Hacedor de acuerdos. Busca la unanimidad, su punto fuerte y quizá el débil. Ordenar la casa y la pandemia han consumido recursos y energía. Más unida e independiente económicamente, no hay excusas en el segundo mandato: las oportunidades no vuelven. El puerto, el ... corredor y la financiación se alejan. El contexto político es complicado, pero hay que amarrar o se escapan. A dos aguas nadar es difícil, a cuatro casi imposible. Y cada año es tiempo perdido; vital para los empresarios y para los valencianos. La realidad es que no hemos capitalizado la salida de empresas que huyeron del independentismo. No vale repetir el mantra de siempre: somos invisibles, nadie nos escucha. La CEV de Salvador Navarro sabe tender puentes y es un ejemplo en las formas entre tanto griterío, pero puede ser engullida por la política errática del Consell. Plantar cara dentro, ganar visibilidad. Fuera también, Europa es vital: ¿qué puede hacer un delegado en Bruselas frente a todo el aparato institucional? Lo que cuenta son los objetivos cumplidos, explotar el potencial para crear empleo. Escuchar y crecerse, exigir, demostrar independencia -de criterio-, perder el miedo a las etiquetas: liderar y mojarse por los intereses valencianos, los suyos.
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