Nadie es imprescindible. Y en la política mucho menos. Pedro Sánchez acaba de sacrificar a los llamados 'pesos pesados' que integraban su núcleo duro desde que accedió al Palacio de la Moncloa. Carmen Calvo, José Luis Ábalos y el archiconocido gurú Iván Redondo han caducado ... para el presidente que ha optado por prescindir de sus servicios aplicándoles la vía del coste de oportunidad. Tomar la decisión de dejarlos caer para no caer con ellos. Hacer borrón y cuenta nueva es algo que se le da bien al presidente. Lo que viene inmediatamente después es utilizar el efecto 'Ave Fénix' para volver a empezar. Es decir, renacer de las cenizas, un proceso del cual incluso se puede salir fortalecido. Por esta senda ya transitó Pedro Sánchez. Así que no es de extrañar que los capítulos de esta etapa que se abre a continuación acaben plasmados como segunda parte del 'Manual de resistencia'. En todo caso, Sánchez es hábil en el arte de la pirotecnia pero no ha inventado la pólvora. El tacticismo es a la política lo que las flores al jardín. Los giros de guión de última hora son parte del 'The show must go on' de la retórica política que hoy en día sólo está empeñada en controlar la narrativa. En apenas unas horas olvidamos la acuñada como 'crisis del chuletón' para devorar titulares sobre la crisis de (la parte socialista) Gobierno. Además de aprender las caras y los nombres de los nuevos miembros que desde hoy se sientan en el renovado Consejo de Ministros, hay que prestar atención a las políticas que van a desarrollar. De lo contrario seguirá triunfando, para el infortunio ciudadano, la tesis de la futilidad sostenida por Albert O. Hirschman en 'Retóricas de la intransigencia' según la cual las pretensiones de emprender reformas de calado son simplemente operaciones de maquillaje dado que el sistema, al final, permanece inmutable.
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Y mientras el Ejecutivo en España cambiaba de tripulantes, las tendencias del mundo se decidían en Idaho en el cónclave anual que, desde los ochenta, organiza Allen&Company. Ni el Foro de Davos ni el G7 acaparan invitados tan multimillonarios como los de la cumbre de Sun Valley. El creador de Microsoft, Bill Gates; el fundador de Amazon, Jeff Bezos, el 'padre' de Facebook, Mark Zuckerberg, el consejero delegado de Apple, Tim Cook, o los cofundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin son algunos de los titanes del poder económico internacional que se han dado cita para cerrar acuerdos confidenciales de los que posiblemente no tendremos conocimiento hasta dentro de un tiempo. La cita apenas cosecha seguimiento en latitudes europeas pese a que en ella se determinan los hábitos tecnológicos y de consumo del mañana. Un asunto que impactará mucho más directamente en nuestro futuro ignoto que esta mudanza de una parte del Gobierno que tanta repercusión acapara. Parece que la Tierra ha cambiado la rotación pero sigue girando, como siempre, sobre su eje.
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