LA GALLERA

Se ha de descubrir la calle de Aluders, muy estrecha y corta, que se encuentra a medio camino en la ruta entre las plazas de Porxets y la Merced, en pleno centro de Valencia. En ella destaca la fachada de La Gallera. Como la de un viejo cine de aquellas películas mudas y pianista ambientando las escenas de amor y las de crímenes.

En el hierro forjado de la puerta figura el año de la inauguración: 1870. La Gallera es un auténtico hallazgo arquitectónico que en aquella época se construyó ex profeso para albergar peleas de gallos, que hoy están prohibidas, afortunadamente.

Durante unos años se celebraron allí espectáculos de variedades -con algunos números circenses-, para terminar siendo almacén de un comercio de artículos de loza y cristal.

De la restauración se encargó el arquitecto Ximo Lara. Pensó en él Manuel García Cervera, el director gerente de la galería de arte 'Val i 30', que se encaprichó de La Gallera deseando convertirla en centro de intercomunicación de las artes; es decir, además de exposición permanente de pintura, escultura y fotografía, ser lugar para lecturas poéticas, presentaciones de libros y conciertos de cámara.

La Gallera es de planta dodecagonal y tiene tres alturas. En el bajo, las columnas son de ladrillo visto; y en los pisos, de fundición de hierro. El edificio, cubierto a dos aguas con teja árabe, muestra un curioso lucernario de cristal.

Resurgió La Gallera para la gente de la cultura y en su inauguración -en la temporada 90-91- expuso Sancho Chiá, figura universal de la transvanguardia italiana.

Desde un principio, García Cervera declaró que no pensaba en 'movida', sino en acontecimientos. Y un acontecimiento fue la exposición de Paco Jarque, el fotógrafo liberal, independiente y magnífico que nos ha legado las imágenes más certeras de este país.

La inauguración de la muestra fotográfica se recordará por la enramada de flor y hierbas olorosas que la acompañaron, como se suele hacer en las fiestas populares valencianas.