¿En qué se lo gasta Ribó?

Las quejas por la presencia de ratas y cucarachas en las calles de Valencia se multiplican a la vez que desde el ayuntamiento se minimiza su importancia porque en esas encuestas que realizan en las que siempre sale que la gestión del equipo municipal de gobierno es aceptada, aplaudida y ensalzada por una amplia mayoría de los ciudadanos (¿se las encargan a Tezanos?) no aparece este problema como una de las principales preocupaciones de los vecinos. Así que a callar y a resignarse con una nueva normalidad que impone alcorques con arbustos, palmeras y árboles que no se podan y bichos y roedores que campan a sus anchas en la ciudad. La limpieza (la falta de ella) tampoco ayuda, los contenedores abiertos y con la basura desparramada no son precisamente el mejor antídoto contra la invasión de insectos. Llegados a este punto y tras cinco años en la Alcaldía cabe hacer la pregunta con la que titulo esta columna, ¿en qué se gasta Ribó el dinero de los valencianos? Está claro que en limpieza no, no hay más que pasear y observar. Tampoco en iluminación, antes al contrario, ahora dicen que ahorramos porque antes derrochábamos poniendo excesivas farolas. Y en grandes proyectos, mucho menos, que eso es política antigua, del PP, nada que ver con el estilo actual, sea el que sea y advirtiendo que 'estilo' y 'ayuntamiento de Ribó' son dos conceptos condenados a no entenderse por mucha capital mundial del diseño que nos hayan regalado. Seguimos con el repaso de los posibles gastos: en la EMT lo que hacen es que se los quitan, los millones. Y en la urbanización de espacios públicos se ha apostado por el 'cutre-low cost' de pinto un trozo de calzada de verde y ya está hecha la peatonalización, sea en la calle San Vicente o en la plaza Xúquer. Y aunque es verdad que a las entidades del régimen (Acció Cultural del Pais Valencià, Escola, el Micalet...) las está regando con dinero a espuertas, eso no explica por sí solo ni responde a la gran pregunta, en qué se lo gasta. No en el embellecimiento de la ciudad, ni en su seguridad, ni en su promoción exterior, ni en la organización de eventos, ni en edificios icónicos encargados a los arquitectos de prestigio, ni en la rehabilitación del patrimonio histórico, ni... Antes, con el PP de Rita Barberá, te podía gustar o no el modelo pero los resultados los veías, con sus luces y sus sombras, eran tangibles. Ahora, el gran misterio es cómo es posible que se incremente la carga tributaria y sin embargo la ciudad esté cada vez más sucia y descuidada, más oscura y asilvestrada, más anárquica, más provinciana y encerrada sobre sí misma. ¿En qué te gastas los crecientes impuestos que cobras a los valencianos, Joan Ribó?