Génova: Trata de de arrancarlo, Carlos

La encuesta publicada por este periódico señala que el Botánico, si hoy se celebrasen las elecciones, ganaría con la misma o mayor ventaja al bloque de la derecha. Así, el editorial de ayer señalaba que la alternativa no arranca. Difícil tiene que arranque entre tanto fuego amigo. Esta semana Puig llegó a Les Corts y sólo le faltó invitar a una ronda a todos los presentes. La vez anterior que estuvo le dio el pésame a Ciudadanos, cuyo síndic había salido zumbando rumbo a Madrid a probar suerte en los escenarios de la capital. Te trabajas dos años un reparto y un guión a la medida de tu estrella y cuando se acerca el ecuador de la legislatura te quedas sin cartel. Y ahora, a empezar de cero con Ruth Merino.

Más divertido es aún lo del PP, que en teoría lo tenía todo tan de cara como Puig tan de culo. Pero no. A los populares se les está pulverizando un rival, Ciudadanos, así que deberían concentrarse en cómo arramblar con sus votantes, claro. ¿Claro? Pues no tan claro. Están en otra cosa. Tanto están en otro tema, que su líder ni aparece por el pleno del miércoles, cuando Oltra afrontaba una comparecencia de un coste personal y político brutal y, al día siguiente, Bonig dijo que no va a comentar nada de si va a optar a renovar al frente del partido. Los socialistas estaban alucinando, no se lo podían creer. ¿Para qué hacer sangre si ellos solos se navajean? debió pensar Puig, que no hizo mención al asunto.

En 1998, Carlos Sainz circulaba a 700 meros de la meta del Rally de Inglaterra, una biela falló y 200 metros más tarde el coche gripó. Se estaba jugando el campeonato del mundo. Lo tenía todo a favor. El copiloto salió del vehículo y al ver desesperado a Sainz, dando vueltas sobre sí mismo, le gritó: «¡Trata de arrancarlo. Trata de arrancarlo, Carlos!». Ese Toyota tenía un problema de bielas. Rautiainen también petó por eso el motor en el mismo rally, y en unas demostraciones a la prensa, le pasó igual a Auriol. Piezas defectuosas. No era culpa del piloto. Sin embargo, Génova no quiere a Bonig al volante del PP. Lleva más de un año gripándole el motor. También quieren que lo trate de arrancar Carlos, pero no Sainz, sino Mazón, algo que no ocurrirá, en caso de que suceda, hasta julio. Más gasolina para Puig, que si estuviera con una calculadora electoral en la mano, mañana mismo convoca elecciones pretextando discrepancias con sus socios en relación a temas estratégicos (como el Puerto, por ejemplo, o la Función Pública, las reversiones sanitarias... lo que sea), y se encuentra con que los que deberían de ejercer de alternativa están matándose con ese fuego amigo que tantas alegrías da a los enemigos.