Siempre se ha tenido claro que la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica había sustituido a la extinta de Medio Ambiente, ... que tan sólo se había producido un cambio en la terminología más acorde con los tiempos. Pero tal y como está discurriendo la legislatura surgen no pocas dudas ante las distintas sensibilidades (a veces abiertamente dispares) de los partidos que sustentan al Consell
Una de las últimas aparece en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGV) del pasado 8 de junio. Presidencia de la Generalitat ha publicado un anunció sobre un decreto que regulará las nuevas subvenciones de la dirección general de la Agenda Valenciana Antidespoblament (AVANT). En total, repartirá 600.000 euros en ayudas a los municipios afectados. Hasta ahí nada que objetar.
La sorpresa surge cuando se observa que una de las líneas se destina a la recuperación de los bosques mediante la mejora de la gestión forestal sostenible. Esta aparece dotada con un presupuesto de 200.000 euros.
La segunda, dotada con otros 400.000 euros, se reserva para la reforestación del bosque mediterráneo.
Cualquiera podría aventurar, sin riesgo a equivocarse, que estamos ante una duplicación de competencias porque hasta ahora la gestión forestal correspondía a la conselleria que dirige Mireia Mollà. Las explicaciones de esta suplantación pueden ser muchas y distintas pero ninguna demasiado buena para el Consell. Bien podría ser que desde Presidencia se considerara que Emergencia Climática no está cumpliendo con algunas de sus funciones y el jefe del Consell ha decidido tomar cartas en el asunto para paliar una deficiencia.
También se podría pensar que esta duplicación de funciones tiene que ver con las diferencias que se plantean en el seno del Consell. Estas subvenciones responden a un compromiso que el presidente Ximo Puig asumió en el debate sobre el estado de la Comunitat del pasado septiembre. Ahora parece que ha decidido asumir directamente su gestión antes que confiarla a un área que no controla su partido y evitar así que se vea boicoteada desde el inicio.
No sería descabellado porque en el departamento de Mollá la gestión forestal no es una de las prioridades, al menos no en la inversión, como han denunciado en varias ocasiones los profesionales del sector.
No hay que olvidar las diferencias que han evidenciado la conselleria de Mollà con Turisme, también dependiente de Presidencia, sobre la práctica de los deportes en la montaña. Mientras la primera establece limitaciones, e incluso alguna prohibición, la segunda promociona estos parajes como lugares ideales para disfrutar de estas actividades. E incluso el PSPV en un documento interno se ha llegado a posicionar a favor de estas prácticas distanciándose de su socio de gobierno.
Cuestión aparte es que al sector forestal también le ha sorprendido que desde la Generalitat se pretenda subvencionar la reforestación cuando técnicos y profesionales la desaconejan ante la situación actual del monte y consideran más urgente impulsar la gestión de los bosques.
La propia Generalitat reconoce que la masa forestal crece a un ritmo de más de 3.000 hectáreas anuales por lo que los profesionales opinan que no es necesario reforestar ya que contribuye a agravar el problema.
En cualquier caso, el decreto de AVANT ha vuelto a evidenciar las contradicciones internas que existen en el seno del Consell. Hay distintas sensibilidades y diferentes maneras de entender los problemas y cada quien tira por su lado como dos vasos incomunicados. Como si fueran dos gobiernos diferentes. Serán las cosas del mestizaje.
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