Cuando todavía no hemos vencido a la pandemia aparece con fuerza la variante delta, que no hace más que volver a inquietar a la población ... en general y, muy particularmente, al colectivo festivo que este julio tiene su culmen en numerosas localidades de la Comunitat con sus festejos patronales y populares. Vamos, como señala el dicho, 'nuestro gozo en un pozo', sobre todo cuando las cifras de incidencia acumulada eran bajas y todo daba la impresión de que lo teníamos bien encaminado.

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Bien es sabido, según señalan los epidemiólogos, que la delta es hipercontagiosa y, sobre todo, incide en franjas de edad juvenil, pero no inhibe de su peligrosidad de contagio en general. Un motivo de incertidumbre más que sumar al estado inquietante que vivimos, sobre todo ante el trabajo y enorme programación que el mundo fallero tiene por delante. Esperemos que este tropiezo inesperado se subsane o se mitigue cuando antes con esa vacunación masiva que sigue un buen ritmo.

Los actos festivos que tienen su protagonismo este mes están condicionados por la pandemia de nuevo, de ahí que los colectivos que festejan a la Virgen del Carmen, al Beato Gaspar de Bono, a San Cristóbal, a San Benito, a la Purísima y el Cristo en Oliveral, a San Luis Beltrán en la Fonteta de San Luis, el Cristo de la Agonía en Forn d'Alcedo o las Fiestas de la Juventud de Pinedo, hayan tenido que remodelar sus programas convirtiéndolos en testimoniales.

La Gran Fira continúa su programación de mínimos, como ya se anunció, con ausencias notables en su programación, como son la Batalla de Flores (habrá exhibición el 24 del trabajo de los carroceros) y el Certamen Internacional de Bandas de Música 'Ciudad de Valencia', entre otros actos y celebraciones de referencia histórica sobre los que siempre ha pivotado el festejo ferial y que esperamos volver a contemplar con su grandeza en el año 2022.

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