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Gracias Paco

VIVIENCIAS GRANOTAS JOSÉ MARTÍ ·

Todos recordamos con una sonrisa las míticas victorias con goleadas a los grandes, partidos decididamente extravagantes, por no decir insensatos

Martes, 5 de octubre 2021, 00:55

Un mal comienzo es una oportunidad para empezar de nuevo. Ofrece la posibilidad de resetear y tomar decisiones, aunque resulten dolorosas. Hacer borrón y cuenta nueva pese a lo dicho y reiterado en las últimas semanas que no iba a suceder y, al final, no ha habido más remedio que ejecutar. Lo bueno de la situación granota es que estamos al inicio de la competición, faltan más de tres cuartos, y se ha comenzado a aplicar el remedio pronto para que la sangre vuelva a circular por nuestras venas, aprovechando el parón liguero. El margen de mejora es tan grande que solo podemos ir a más. Lo sucedido hasta ahora en la competición liguera no es ninguna hecatombe ni drama futbolístico, más allá del despido de uno de los nuestros al que hay que estarle muy agradecido por su labor. El proyecto de Paco López, muy a nuestro pesar y por muchas circunstancias ajenas al propio entrenador, había tocado a su fin hace tiempo. Coincidimos con él en todo lo que dijo en su emotiva rueda de prensa de despedida. También en que con el paso de los años se valorará lo que ha logrado.

Los levantinistas siempre le llevaremos en el corazón. Todos recordamos con una sonrisa las míticas victorias con goleadas a los grandes, partidos decididamente extravagantes, por no decir insensatos. Partidos resueltos como las peleas callejeras infantiles por aquel que pegaba más y más fuerte, poco aptos para aficionados de corazón débil, pero de una belleza primaria como no se ha conocido otra por estos lares. Recordamos los ocho partidos seguidos ganando con su llegada, o el partido de Girona... Tenían el sello inconfundible de Paco, con ese descaro y atrevimiento que tanto nos enorgullecía. Pero al hombre de los récords, insisto, le había llegado el final de ciclo. Tocaba pasar página ante su impotencia para revertir la situación.

Paco ha pagado los platos rotos de gente que no ha hecho bien su faena. Ahora esperemos que la dirección deportiva trabaje bien para no caer en los mismos errores. De momento da la sensación de que el cese del entrenador les ha pillado a contrapié. ¿Es posible que, a estas alturas, no tuvieran a nadie en la recámara apalabrado, como suele hacerse en estos casos? No es posible que hayan empezado la búsqueda de entrenador partiendo de cero el domingo por la noche. Aunque en vista de los precedentes y las decisiones tomadas este verano, nos creemos cualquier cosa. Además, ni siquiera han sido capaces de hablar con Paco en su adiós. Su relación era nula.

Es el momento de que la plantilla dé un paso adelante. En los últimos meses se ha convertido en un vestuario sobreprotegido, con jugadores aburguesados, desconectados y poco exigidos, con algunos haciendo la guerra por su cuenta, pendientes solo de su ombligo. Ya está bien de las habituales palmaditas en la espalda y un pescozón en el moflete para levantar el ánimo de los muchachos en el vestuario tras las derrotas. Es necesario autoridad, un golpe en la mesa y trabajar duro para dar con la tecla. Más autocrítica y menos complacencia. Paco ha sido el cabeza de turco que ha pagado la indolencia de una buena plantilla, el hombre que tapaba la falta de profesionalidad de algunos que ahora no tendrán quien les cubra. Por eso entendemos que el nuevo inquilino debería llegar cuanto antes para sentar las bases de la recuperación. Alguien con mando que sea director no amigo, capaz de poner firme a quien haga falta para llevar la nave granota a buen puerto. Alguien que genere confianza y despeje dudas en el césped. El revulsivo necesario para poder cambiar la tendencia. En cualquier caso, y pase lo que pase, gracias por todo, Paco, y hasta pronto. O no.

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