La vida nos somete a pruebas de fuego. Muertes, pérdidas de empleo, traiciones, desengaños... y según cómo te tomas, compruebas de qué estás hecho. Unas ... veces los demás se dan cuenta y otras no, pero en nuestra habitación más íntima, esa estancia desnuda en la que solo hay espejos, sin ventanas y que solo puedes abrir tú, ahí, todos conocemos la verdad. Compromís, por ahora, se ha ahorrado algún trago de ese tipo. Tuvo que vivir uno, ciertamente, cuando su entonces vicepresidenta clamaba porque aseguraba sufrir 'lawfare', ser víctima de un contubernio. Todos sus compañeros que abrieron el pico le dieron la razón, sí, sí, pero entre los principios y los intereses primaron estos últimos y allá que se fue Oltra, adiós, adiós compañera, si eso ya volverás. Sin embargo, aquello fue un juego de niños comparado a lo que afrontaría ahora mismo Compromís si Yolanda Díaz hubiera sabido hacer lo que aún está por ver si sabrá hacer. Verbigracia: orquestar una propuesta electoral que reúna a las fuerzas a la izquierda del PSOE para contar con masa crítica y presentarse a las elecciones como una baza real y no con vocación de muleta de los socialistas. Sigue en escucha, la mujer. Para fortuna de Compromís.
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Porque si Sumar llega a estar lo suficiente madurita como para plantearse optar a las autonómicas, ahí sí que nos hubiéramos entretenido. La indecisión, o lo que sea, de Díaz, le ahorra a Compromís un proceso de negociación real de cara a los comicios autonómicos y locales con Podemos, Esquerra Unida y la gente de Sumar. Compromís, que se ha llenado la boca de hablar de consensos y diálogo, hubiera tenido llamando a la puerta de Valencia y de la Comunitat a todos esos vecinos a los que ahora contempla con el desdén que, si embargo, tanto le reprocha al PSPV. Esa coalición que en Valencia ciudad lleva la voz cantante de la izquierda, al escuchar cómo sus supuestos socios les presentaban una serie de condiciones, les ha dicho que en la capital ellos van con sus siglas y que los demás ya pueden ir arreando. Si quieren algo de ellos y de Ribó, pues a partir del 10 ya se pueden amontonar. O ni eso. Lo que pasa cuando tienes la sartén por el mango. Esa misma actitud que le afean a Puig a nivel autonómico.
Cuando estás montado en el machito, las cosas se ven de otra manera, aunque esa falta de conexión y de suma se da también en situaciones precarias, como en Torrent, con todo Compromís peleado entre ellos. Solo les faltarían los yolandos, los pablistas y los comunistas ortodoxos. Así pues, en Compromís, todos contentos con Yolanda Díaz porque, afortunadamente para ellos, no les ha sometido a una prueba de fuego de la que podían salir completamente abrasados.
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