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Para los que no la conozcan Sibila es una de esas amistades que interesa cuidar aunque sea para disfrutar de su corazón rojo y mente conservadora. Este fin de semana he coincidido con ella. Es pura controversia, a flote sobre un mar de sentido común. ... Pues a raíz del lío de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, nos pusimos a arreglar España y la Comunitat valenciana al cobijo de una buena sombra, la suave brisa del mar y un buen par de cañas frías. De esto último, cuanto más frías, antes se suele dar con la solución a los problemas. Lo bonito del encuentro fue la conclusión final, la duda de saber si...
Déjenme que empecemos por el principio: García-Page. Un dirigente socialista que admite que las compañías de su 'jefe' Sánchez no son las que convienen, asegurando que con esas «malas compañías» va a haber un castigo, en clara referencia a las próximas elecciones autonómicas. Sobrevuela en el ambiente el vuelco electoral y así se confirmó en los pasados comicios andaluces con el gran resultado que obtuvo el PP.
Manteniendo la premisa de que el partido que está en la oposición nunca gana por méritos propios sino que lo hace por los deméritos del partido que gobierna hasta ese momento, es comprensible que en el PSOE haya muchos 'García-Page' pero en silencio, sufriendo, como cuando uno tiene hemorroides. Cabe reflexionar sobre la capacidad ciudadana de saber discernir su voto cuando se produce en clave nacional y en clave regional. Esa es la duda, ¿sabrán los valencianos sacar a Sánchez de la ecuación a la hora de votar a su alcalde y a su presidente de la Comunitat?
Los resultados van a ser apretados y la campaña electoral divertidísima para los que estamos a este lado de la barrera. Con Sibila coincido en que Ximo Puig ha sido hasta ahora un presidente moderado, puede ser que mal acompañado, ¿suficiente para que le pase factura?
Idem con el alcalde de Valencia que confirma que se presenta a la reelección (me la juego a que después de elecciones se va, haya ganado o no). Ocurre lo mismo con la capital del Turia, mucha queja de carriles bici, urbanización de plazas con dudoso gusto, etc, pero no muchos más temas graves por los que el valenciano de a pie sufra en exceso como para dar un vuelco. O sí, he ahí la gran duda.
Está comprobado que «los dolores hemorroidales» a García-Page y a gran parte de la población los provoca Sánchez. ¿Será el ciudadano consciente y cuidadoso a la hora de votar en las autonómicas o aplicará el tratamiento más radical y arrasará con todo?
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