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Pocos futbolistas se han pronunciado estas semanas sobre la posibilidad de retomar la competición. Los que lo han hecho han sido claros en sus planteamientos, unos a favor y otros en contra. Las reacciones más llamativas han sido las de Paulista y Rakitic. Piensan de manera distinta y cada uno ha explicado sus motivos. Sobre sus declaraciones quiero hacer una reflexión. Si me he de posicionar con alguno en esta ocasión, sólo en esta y sin que sirva de precedente, lo haré con el jugador del FC Barcelona. Ha dicho Paulista y creo que es importante transcribir sus palabras, que «los profesionales del fútbol somos gente privilegiada, pero somos personas antes que nada. Tenemos familia, seres queridos y sentimientos. Demostremos como ejemplo a la sociedad que valoramos la vida y la salud por encima de todo. Para mí, y estoy seguro que para la mayoría de futbolistas el dinero no lo es todo. No quiero que por precipitarnos o tener una presión económica pudiera enfermar o morir ningún familiar, amigo o compañero de profesión. Ninguna persona debe volver a contagiarse ni morir por esta enfermedad. Juguemos cuando nadie lo haga con miedo y tengamos plenas garantías de que no hay riesgos. Antes la vida y después el fútbol». Después de leerlas me vienen a la cabeza los miles de sanitarios que con muy pocas garantías para su salud han arriesgado sus vidas por los demás. Ellos están jugando con miedo a pesar del riesgo y han perdido a muchos compañeros en el camino. Ahora el ejemplo para la sociedad y para los niños son ellos y todos los trabajadores que nos están ayudando a que nuestras vidas sean un poco mejores. También tienen familias y saben de lo arriesgado de su trabajo. No viven como los futbolistas. En eso el central valencianista tiene razón, los futbolistas son unos privilegiados, con sus casa rodeadas de jardín y sus piscinas siempre a punto. Además tienen la garantía de que les harán los deseados tests, lo que para la mayoría es una utopía. Rakitic, por su parte, ha expresado su deseo de volver a jugar asumiendo el riesgo que conlleva. «El riesgo es el mismo que tienen los trabajadores que vuelven a su trabajo. Los empleados de supermercados se cambian en vestuarios y también se pueden contagiar. Ellos asumen el riesgo y yo quiero asumirlo. Tenemos que dar ejemplo dando apoyo a todos los que nos han demostrado su fuerza». No puedo estar más de acuerdo. Igual que con Coquelin para el que estar en el Valencia significa jugar Champions y para ello quedan 11 finales por jugar. Lo deja claro. Los futbolistas han dejado de ser héroes por un tiempo, ahora los héroes y heroínas son ellos y ellas, los que cuidan de nosotros y nos alegran con su trabajo esta dura travesía.
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