La historia se repite

Acabar el Nou Mestalla se ha convertido peligrosamente en un 'remake' macabro del proceso de venta de las acciones a Lim. Hagamos un poquito de memoria para entenderlo bien todo hoy. Cuando Amadeo Salvo promocionó ante el valencianismo, apoyó desde dentro del club, e invitó a los patronos de la Fundación a vender el VCF a Meriton -con la inestimable ayuda de Aurelio Martínez- pocas fueron las voces críticas con el proceso de venta y lo que escondía el escaparate de purpurina. LAS PROVINCIAS, con su Jefe de Deportes de entonces Hector Esteban a la cabeza, denunció la falta de transparencia y compromisos firmados por parte de Meriton. Aquella verdad -hoy irrefutable- chocó frontalmente con los intereses partidistas de Salvo y la respuesta fue virulenta contra los pocos medios y periodistas que denunciaron la trama. No era importante la verdad; lo único importante era taparla para consumar la venta. Y, para preservar la ocultación y combatir al insobornable enemigo, se utilizó todo tipo de armamento; tanques internos y ametralladoras mediáticas externas (ya se sabe que comprar voluntades en esta ciudad es muy fácil si se llama a la puerta adecuada). Tampoco habla muy bien de nosotros como sociedad que un mentiroso profesional te la cuele constantemente y lo olvidemos como si nada hubiera ocurrido. Como bien dijo el filósofo Santayana «aquellos que no recuerdan el pasado estan condenados a repetirlo». Somos, pues, grandes desmemoriados.

La trama que disfrazar ahora es la finalización del estadio a toda costa. Mismo perro y casi mismo collar. Salvo ya no está, Murthy ocupa su lugar en la cadena de desmontaje y el bozal lo llevan los mismos de antes. Afortunadamente son ya pocos ahora los comprados por la mentira. Aún así, la situación se parece bastante a la vivida en el proceso de venta. Meriton ha presentado un plan de mínimos para acabar el bunyol de Cortes Valencianas -aprovechando que le han caído muchos millones de CVC- y pretende que traguemos con una ficción de estadio muy alejada de la realidad firmada. A medida que se conocen los datos internos del proyecto presentado aumenta la chapuza pero... aquellos que critiquen un estadio acorde a Meriton -y no a ley o al Valencia CF- serán lapidados otra vez por voceros y sus bozales. La historia se repite.

Y todo, no se equivoquen, porque Lim no quiere poner un euro para que la obra se finalice en los términos convenidos. No se queden con el aforo reducido, la chapucera cubierta, los 74.000 metros cuadrados sin utilizar, el parking... olvídense del proyecto presentado y piensen el por qué de lo presentado; porque Lim no ha querido acabar el estadio nunca y tampoco quiere hacerlo ahora. Esa es la clave; no poner un euro de su bolsillo. Y, como terminar el estadio en condiciones le costaría dinero porque con lo de CVC no alcanza, a recortar de todas partes. Total, es muy posible que ese estadio Peter Lim no lo visite jamás o que antes venda el club y se marche por donde vino. Pero el estadio, amigos, se quedará. Y se quedará como nosotros hayamos permitido que se quede. Debía ser la nueva casa del valencianismo que soportara con la cabeza alta el paso del tiempo y no un estadio lo más barato posible para salir del paso. ¿Queremos otro proceso de venta tragando con lo que Lim pretenda y ya nos despertemos dentro de diez años? ¿Todo vale con tal de terminar la obra? ¿O es esto o no es nada como se pregonó en la venta? Esta vez no. Que ahora ya nos conocemos todos.