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El mejor homenaje posible a Berlanga sería protagonizar una trama perfecta para una de sus películas y ahí hay que reconocer que la realidad valenciana ... siempre ha estado al nivel exigido. Por eso no me extraña que el Ayuntamiento de Valencia, en el cierre del centenario del director valenciano, haya decidido montar una 'fiestuki' en Hollywood. Es una historia muy ochentera, pero inigualable. Qué bonito recuerdo y exaltación del maestro. Qué apuesta por el 'metaverso' cinematográfico. Qué peliculón podría salir de ahí si viviera Berlanga o algún comediógrafo se lanzara a caricaturizar a Ribó, Gómez y otras chicas del montón. Ya estoy imaginando la primera escena de la comedia con los concejales, a punto de embarcar para las Américas, como los Planchadell y los Calabuig en 'Moros y cristianos' camino de Madrid. Un despropósito de guion tremendamente realista. La ficción al compás de la realidad. O viceversa.
No podían haber decidido hacer una inmensa paella en Peñíscola, tan icónica para 'Calabuch', o una cacería incruenta en la finca de los Marqueses de Leguineche de 'La escopeta nacional'. No; tenían que elegir Los Angeles para darle glamour internacional. Muy berlanguiano todo, como algunos de nuestros concejales, a quienes se les puede poner la voz de Fernán Gómez, López Vázquez y la Sardá y encajan perfectamente en el día a día.
Dicen que la finalidad del 'sarao' es honrar a nuestro genio e inaugurar una estrella en el Paseo de la Fama. No les falta razón. Si la tiene Woody Allen que retrató tan bien la paranoia neoyorquina, cómo no incluir la del taxidermista del ser mediterráneo. Por eso nuestros representantes de la corporación tan berlanguiamente presidida por Ribó, como alcalde vuestro que soy, han defendido el reconocimiento. Faltaría su defensa in situ, con banda de música incluida para cantar a coro el 'Americanos, os visitamos con alegría' nada más aterrizar. O, en su defecto, conexión en directo desde la Plaza del Ayuntamiento, para ver salseo del bueno, aunque sean las cuatro de la mañana. Si trasnochamos para ver a Will Smith dar guantazos, cómo no vamos a disfrutar del fulgor de una estrella valenciana en Hollywood. O del reparto de garrofón del bueno en Los Ángeles. Esa plaza abarrotada y aplaudiendo con fervor que Berlanga sea un valenciano universal no tiene nada que envidiar a una final deportiva. Que los festejos recuerden la nominación de 'Plácido', precisamente de Plácido y sus cuitas de pobre que sufre las ínfulas de los poderosos es un colofón que hubiera firmado el propio Berlanga.
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