Menos humos

A Netflix le dan igual los espectadores que protestan porque les han cancelado una serie, le da igual las críticas por fletar un avión con 'influencers' para promocionar un nuevo título, le da igual una polémica por un contenido inapropiado. Lo que de verdad no soporta es ingresar menos. Así que se ha puesto a llorar y ha provocado una tormenta en la que debatimos si estaremos asistiendo al fin de las plataformas. Hombre, no exageremos.

Cuando se les pase la rabieta (que será cuando suban los precios y prohíban compartir contraseñas) no se van a poner a reflexionar sobre asuntos de fondo. Si las cuentas vuelven a cuadrar todos contentos. Los múltiples debates generados sobre su catálogo lleno de producciones que no interesan nada, sobre la manera compulsiva en la que estrenan obras, sobre el modo en que dan luz verde a proyectos que luego no logran repercusión no les importarán. Mirarán su cuenta corriente y todo les compensará.

No les quitará el sueño que Apple se esté poniendo las pilas y presente mejores trabajos, que empresas locales como ATRESplayer sean mucho más arriesgadas, que HBO mantenga su imagen de marca. Da lo mismo. Aquí se trata de ganar más. El final de esta serie está escrito. A nadie le sorprenderá.