En los últimos años hemos sufrido el ataque del coronavirus y estamos sufriendo las consecuencias de la guerra de Ucrania. Todos conocemos los trágicos resultados que han producido y que desgraciadamente todavía seguirán produciendo.
Pero ahora debemos pensar en el día después. Para ganar una ... guerra tenemos que anticiparnos a los ataques del enemigo, y por lo tanto, debemos analizar, pensar, planificar y actuar para recuperar lo perdido e intentar darle la vuelta a la situación tan difícil en la que estamos inmersos.
Debemos localizar los puntos débiles del sistema, que nos han producido grandes pérdidas humanas y materiales, para evitar que en el futuro estas situaciones vuelvan a causar tantos daños.
La salida de la crisis con éxito pasa por reconvertir el sistema de producción, reindustrializar y buscar nuevos objetivos. España es un país que es líder mundial en algunos sectores. Entre otras cosas, somos una potencia turística de reconocido prestigio, tenemos una agricultura con una tradición centenaria y productos de muy alta calidad, pero si queremos que nuestros jóvenes tengan salarios equiparables al resto de Europa no podemos conformarnos solo con ser líderes en el sector primario y turístico, tenemos que apostar por el sector terciario avanzado, por las actividades con tecnología de vanguardia, de gran valor añadido, es decir tenemos que apostar por la ingeniería.
España también dispone de empresas de ingeniería, en el más amplio sentido del término, con una calidad igual o superior a las ingenierías europeas. Nuestras Escuelas Técnicas están formando personas de un nivel y prestigio reconocido en todo el mundo.
Aquí hemos de hacer una matización importante. En España, los honorarios de los ingenieros son muy inferiores a los del resto de Europa y de la mayoría de los países del mundo. Estamos así propiciando la salida continua de nuestros titulados en pos de mejores salarios y un reconocimiento profesional que en nuestro país se le niega. Hemos pasado del «que inventen ellos» a «nosotros, con nuestros recursos, formamos a buenos ingenieros para que otros países se beneficien de sus talentos».
Por otro lado, es vital apostar por la investigación y el desarrollo de nuevos productos, servicios y sistemas. En España disponemos de muy buenos investigadores, pero los resultados prácticos carecen de transferencia al mercado. El sistema que utilizamos en España no recoge los frutos de la investigación porque le falta el último eslabón de la cadena, los ingenieros. La aplicación práctica de los avances científicos en otros países más avanzados, principalmente Estados Unidos, no sufre ese problema, porque todo el desarrollo de la investigación se canaliza principalmente a través del sector privado que incorpora a todos los profesionales, incluyendo a las personas que han estudiado ingeniería.
Por lo tanto, pensamos que estamos ante una oportunidad histórica para emplear a la ingeniería en España como motor de salida de la crisis, optimizando las inversiones, reconvirtiendo nuestros sistemas de producción, dando respuesta a los desafíos trascendentales como el cambio climático, la seguridad sanitaria, las demandas de la sociedad de la información, con tecnologías novedosas que nos permitan competir con los países más avanzados y que suponga para el sector laboral español un salto cualitativo que le ayude a obtener ingresos y calidad de vida muy superiores a los actuales.
La Unión europea, ha puesto a disposición de los Estados miembros una gran cantidad de recursos con el objetivo de reconvertir nuestros sistemas de producción, evitar la enorme dependencia exterior en nuestro funcionamiento y nuestras fuentes energéticas, todo ello sin perder de vista una apuesta fuerte por la sostenibilidad y mejora de nuestro entorno. Tal y como hemos desarrollado en este artículo, la ingeniería es necesaria y fundamental para alcanzar estos objetivos. En resumen, la ingeniería es el motor de la recuperación.
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