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Directo La Virgen recibe a los pueblos de la dana

La jauría tuitera se lanza al ataque

BELVEDERE ·

Pablo Salazar

Valencia

Miércoles, 1 de julio 2020, 07:50

Si no fuera porque estamos hablando de asuntos que afectan al futuro de la ciudad de Valencia y que también inciden en la marcha económica de toda España sería hasta divertido, cómico. Pones la palabra España y la jauría tuitera populista-nacionalista se lanza a por la pieza. Da lo mismo la hora, o mejor dicho, si es durante el tiempo de 'trabajo' son mucho más productivos en su labor acosadora que si los pillas ya en casa, descansando de un duro día de colgar mensajitos en las redes. Y así, durante una jornada en la que debería estar reuniéndose con los colectivos vecinales o de comerciantes para consensuar las medidas y los planes que tienen que ver con la circulación, el concejal de Movilidad encuentra tiempo para dudar del amor de Juan Roig a su tierra por cambiar el nombre del pabellón que va a construir con su dinero y llamarlo Casal España Arena. Y lo dice un vividor de la política, un personaje al que no se le conoce otra ocupación ni ningún mérito más que el de activista callejero pagado con un sueldo público y cuya radicalidad le llevó a enfundarse una camiseta en la que azotaba con un látigo a la entonces alcaldesa Rita Barberá, señal de una personalidad intolerante y totalitaria. Hay que pararse un momento y analizar con detenimiento la situación para darse cuenta del absurdo: un concejal conocido por sus broncas, su mal estilo y la crispación que genera le da lecciones a uno de los mayores empresarios de España, que crea puestos de trabajo y que destina a obras para su ciudad buena parte de su patrimonio personal. Y aún hubo que lamentar comentarios peores que el de Grezzi por parte de otros cargos de la coalición populista-nacionalista y de algunas personas de su entorno, con un tono inaudito de agresividad verbal, de odio y menosprecio al que -¡oh, qué gran pecado, qué inmenso error!- se atreve a poner el nombre de España al pabellón que va a levantar en Valencia, como si Valencia no fuera España, como si a los valencianos nos molestara que se utilice el nombre de España, poco menos que como si fuera una provocación. Pero ese es el hábitat en el que se desenvuelve a diario la jauría tuitera de Compromís, un fango pringoso que mancha a todo el que se atreve a aproximarse. Bien está en todo caso que aquellos incautos que ingenuamente confiaron en las redes sociales como el espacio de libertad que al parecer tanto necesitaban los ciudadanos y como el auténtico altavoz de un periodismo ciudadano sin ataduras ni hipotecas se enteren de cómo las gastan estas manadas peligrosas y fuera de cualquier control que dominan el escenario. Muchos anunciantes de Facebook ya han tomado nota y están actuando.

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