Joan Pastor Marco
El primero de sus objetivos lo alcanzó. El segundo no le dieron tiempo ni oportunidad
FERNANDO MARTÍNEZ CASTELLANO Y FERNANDO MILLÁN ALCALDE DE VALENCIA 1979 Y TENIENTE DE ALCALDE DE VALENCIA
Sábado, 22 de agosto 2020, 09:18
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FERNANDO MARTÍNEZ CASTELLANO Y FERNANDO MILLÁN ALCALDE DE VALENCIA 1979 Y TENIENTE DE ALCALDE DE VALENCIA
Sábado, 22 de agosto 2020, 09:18
Hemos conocido la muerte de Joan Pastor, el primer secretario general del PSOE Valenciano. Y hemos conocido al tiempo la pérdida de un amigo, un compañero excepcional que se planteó dos objetivos en su vida política: La construcción de un PSOE Valenciano capaz de convertirse en una fuerza política que alcanzase el poder, y hacer, con el PSOE, de la Comunidad Valenciana la primera de las comunidades históricas de España.
El primero de sus objetivos lo alcanzó. El segundo no le dieron, ni tiempo, ni oportunidad. Corría el año 1977. El PSOE a nivel de España había conseguido en las primeras elecciones democráticas resultados espectaculares. Era la segunda fuerza política del congreso. Pero todavía estaba lejos de poder gobernar. Y fue en el marco de esa reflexión cuando empezaron a oírse voces que pedían la unidad de las tres federaciones socialistas valencianas: Castellón, Alicante y Valencia. La ejecutiva de la federación socialista valenciana recogió el desafío que le lanzaban, y de inmediato actuó para unir a las tres organizaciones socialistas.
Dos hombres jóvenes se apuntaban como posibles líderes del nuevo socialismo unido: Joan Lerma y Joan Pastor. La elección del segundo, como candidato, solo tuvo una motivación ideológica: Joan Pastor parecía más capacitado para unir a los socialistas históricos y a los 'críticos', con el devenir socialdemócrata de la ejecutiva federal.
En el congreso de unificación del socialismo valenciano, celebrado en Alicante, Joan Pastor fue elegido secretario general por unanimidad. Joan Lerma propuesto por algunas agrupaciones renunció a ser candidato. 1978 se presentaba pródigo en acontecimientos políticos. Felipe González pactaba con el PSC la integración de este en el PSOE. Al tiempo que se decidía la entrada en el PSOE del PSPV, entonces partido minoritario, que no había conseguido representación parlamentaria en las elecciones de junio de 1977. Un camino semejante había seguido el PSP, que lideraba Tierno Galván, aunque en Valencia, con Sánchez Ayuso a la cabeza, sí había conseguido representación en el Parlamento español.
La ejecutiva de Joan Pastor no estaba de acuerdo con incluir a algunos de los dirigentes del ya absorbido PSPV en la ejecutiva, por desproporción en la militancia y en resultados electorales. Temíamos que su vertiente nacionalista cambiara el proyecto político del socialismo valenciano.
Alfonso Guerra en el hotel Sidi Saler de Valencia obligó a Joan Pastor a aceptar la integración. Las elecciones de marzo del 79 no ofrecieron sorpresas en la designación de diputados. La UCD seguiría gobernando. Pero todo cambió en las elecciones municipales de abril. El PSOE valenciano gobernaba en las tres capitales provinciales, en las principales ciudades de la Comunidad, en la mayor parte de los pueblos y en las tres Diputaciones provinciales. Joan Pastor ofrecía a Madrid el resultado de su acción política. Un PSOE valenciano tan consolidado que sería difícil encontrar una organización socialista en España superior a ella. Solo Andalucía la superaba en número de militantes. Juan Pastor y su equipo acumularon un exceso de poder. Una fuerza política que los llevó a plantar cara a la propia dirección del partido que encabezaba Felipe González, exigiendo ser considerada lo que era en número de militantes y cargos municipales. El XXVIII Congreso del PSOE celebrado en Madrid en mayo del 79, enfrentó a dos corrientes ideológicas bien distintas. De un lado la que conformaban los socialistas históricos y los críticos, liderados por Gómez Llorente, Pablo Castellano y Paco Bustelo; de otro la mayoría socialdemócrata que lideraba la ejecutiva saliente. La votación realizada para aprobar la gestión de la ejecutiva saliente desveló la división en la ejecutiva de Joan Pastor. Se dio libertad de voto a cada una de las comarcas valencianas y el resultado fue esperpéntico. Los delegados afines a la ejecutiva valenciana votaron abstención, los que seguían las directrices del extinto PSPV y de Juan Lerma votaron a favor; algunas comarcas dominadas por núcleos radicales votaron en contra. Un ridículo político que anunciaba el porvenir. La ponencia política aprobada por el Congreso fue la presentada por Paco Bustelo en representación de los críticos. Felipe González, al conocer los resultados, presentó de inmediato su dimisión. Y de nuevo el Congreso vivió un espectáculo inesperado. Los críticos, que recibieron toda clase de presiones internas y externas, fueron incapaces de presentar una ejecutiva que dirigiese al PSOE.
Era el principio del fin político de quienes habían apoyado una mayor democracia interna en el Partido Socialista. En Valencia los acontecimientos se precipitaron. En el primer Comité Nacional socialista, representantes de todas las agrupaciones comarcales, Joan Pastor tuvo que conocer lo que significaba el pacto suscrito por el antiguo PSPV y los seguidores de Joan Lerma. Todas y cada una de las propuestas de Joan Pastor fueron puestas en cuestión y algunas de ellas derrotadas en votación. Joan Pastor sumido en el fracaso del XXVIII Congreso y en el abandono de sus cuadros más fieles, entregados a sus tareas institucionales, decidió poner término a su quehacer político. Presentó su irrevocable dimisión. Joan Lerma, en el Congreso que se celebraría en agosto, fue elegido para sucederle.
Todavía Joan Pastor tendría que tomar parte en el último acto de su quehacer político. Intentar defender al alcalde electo de Valencia ante la Gestora del PSOE. Fue inútil. El primer alcalde democrático de Valencia fue depurado por el nuevo poder. Un recién llegado al socialismo, apenas iniciaba su militancia, le sustituía. En los siguientes años, para Joan Pastor, solo quedó la soledad. Y el recordar con algunos fieles las victorias logradas. No es justo que se pierda en el recuerdo la figura de quien hizo del PSOE valenciano la primera fuerza política de nuestra Comunidad Histórica.
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