La llamada

Cabe recordar que el nombramiento de las falleras mayores a través de vía telefónica desde el hemiciclo se inició en 1991 gracias a la idea que Emilio Camps, veterano fallero y exsecretario general de la Junta Central Fallera, formuló durante la celebración de una asamblea de presidentes y que sería aceptada por el máximo organismo fallero. Toda una novedad.

Al hilo de lo expuesto con anterioridad, debemos recordar que hasta ese momento el protocolo de nombramiento consistía en leer el acta en el hemiciclo y a continuación realizar la llamada telefónica desde el despacho de la alcaldía. Para la historia queda el nombramiento de Mónica Palmer y Carmen Serrano como falleras mayores de Valencia con el nuevo sistema, seguido con máxima atención y, sobre todo, temor por todos los asistentes en el Ayuntamiento, por si surgía algún error a la hora de teclear los números de los teléfonos.

Volviendo al presente, en todo el entramado protocolario que envuelve la elección hay que destacar lo que sucederá el día siguiente, el 19, fecha reservada para la proclamación oficial de las falleras mayores junto a las cortes de honor, que acuden luciendo el traje de valenciana y con asistencia de autoridades junto a las reinas de las fiestas hermanas de Castellón y Alicante.

Es un acto sencillo, en el mismo hemiciclo municipal, pero rodeado de un ambiente de complicidad y alta emotividad que lo hace único para el recuerdo de sus protagonistas y, sobre todo, para sus familias y comisiones falleras, que las acompañan. Uno de los instantes más bellos del recién iniciado reinado. Vaya por delante nuestra enhorabuena a las que sean elegidas.