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Es la era de la información y vivimos rodeados y hasta cercados por la propaganda, mensajes interesados que buscan nuestra adhesión. A veces con engaño. ... En la plaza del Ayuntamiento, el último monolito del alcalde nos vende las bondades de Compromís, pero el bono al comercio no lo sufraga el partido, sino el Ayuntamiento, como denuncian los comerciantes. Ante el pretendiente al trono del Sáhara, Sánchez y compañía escuchan sumisos con las manos en el regazo, rendida la delegación española al misterioso encanto de Mohamed VI. Más tarde, durante la cena, siempre tan detallista, el rey de Marruecos pone boca abajo la bandera española, señal de claudicación. La versión oficial, que solo apoya Sánchez-con el Congreso en pie de guerra-, es que España no ha cambiado de postura. Todos sabemos que miente. El rey de Marruecos también. Y suelta migas de pan que saben a cemento.

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