Borrar
Urgente Los Bomberos recomiendan a los vecinos desalojados por el incendio de un bingo en Valencia no pasar la noche en el edificio

En la Comunidad Valenciana hemos pasado de estar apestados a los mejor situados en el ranking de territorios con menor número de contagios por Covid. Mientras no tengamos vacunas la vida transcurre como en una montaña rusa, si abres la mano y bajas la guardia suben los casos de coronavirus y si aplicas restricciones, bajan considerablemente. Siempre y cuando el político de turno, es decir el de la gran mayoría de comunidades, salga y aplique mano dura bajo el único argumento de salvar vidas, no hay más que hablar. Acatamos y callamos. A nadie se le ocurre refutar el hecho de que podríamos tomar otro tipo de decisiones que pudieran perder vidas. De cajón. También está pendiente solucionar el hambre, el cáncer o la inmigración que tantas vidas suponen en todo el planeta, pero ahí no hacen nada. No toca, no procede, no interesa.

Un destacado empresario hostelero con negocio en Valencia y Madrid me relataba la ruina que le esta suponiendo al sector el cierre sin ningún tipo de ayuda, manteniendo costes de seguridad social, pagando impuestos y sin la posibilidad de despedir a ningún empleado hasta seis meses después de dar por finalizado el ERTE. La ruina más absoluta en Valencia, porque los negocios que tiene en Madrid trabajan los siete días de la semana de manera restringida, pero con resultados positivos. «A Ayuso no la quieren solo en Madrid, la adoran en toda España», me aseguraba el empresario sin dudar en que «después de las elecciones madrileñas habrá un antes y un después». Objetivamente no tiene explicación que una ciudad como Barcelona, cerrada a cal y canto, tenga algo menos de incidencia sanitaria que la de Madrid, que ha puesto rumbo de crucero hace tiempo y se muestra como capital de España fuerte e imparable.

Saldremos muy tocados de ésta, pero lo lograremos. Un poco de ayuda por parte de quienes deciden que llevemos mascarillas en la playa o en el monte nos vendría genial. Con estas nuevas medidas es fácil adivinar la falta de realidad que perciben de lo que ocurre en la calle. En general somos el hazmerreír de Europa, con diferencia. Solo hay que encadenar acontecimientos del último año para echarse las manos a la cabeza: la falta de mascarillas, de medidas de protección, de vacunas, de jeringuillas... de sentido común y exceso de burocracia. Es bueno para todos que la vía de la vacunación sea parte de la solución, pero sería de gran ayuda para el futuro y en beneficio de todos que se tomaran decisiones equilibradas y valientes sin ampararse exclusivamente en la defensa del coronavirus.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Madrid imparable