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Mamen Mendizábal ha abierto piso en La Sexta y se la ve bastante cómoda. Se ha quitado el estrés que llevaba en 'Más vale tarde' y le ha sentado bien. En el nuevo programa parte y reparte. Se integra como una más en las charlas ... de sus invitados, perfectos desconocidos cada uno de su padre y madre que se encuentran para hablar de sus cosas. Al estreno acudieron Alberto San Juan, Ana Iris Simón, Mario Vaquerizo y Oriol Junqueras. Mamen fue una más. No se cortó a la hora de exponer sus opiniones sobre política, la Iglesia o la familia. Cuando Vaquerizo le dijo que La Sexta estaba muy polarizada prefirió callar. Bien porque no conviene meterse en camisa de once varas o porque ya estaba cansada de escuchar al marido de Alaska, que no calló.
La idea del nuevo magacín es agradecida. Resulta estimulante observar cómo se comportan entre sí invitados que aparentemente no tienen nada que ver y dialogan de una manera sosegada, que es algo que cada vez se estila menos en la televisión y se agradece.
El problema de este tipo de propuestas es que las sigues en función del interés que te suscitan los convocados. Y realmente para que resulten interesantes como para opinar de cualquier asunto los del casting deben buscar mucho. Esta primera semana no todos los reunidos jugaban en la misma liga. Las combinaciones a veces son sorprendentes, pero más allá de eso la distancia entre el discurso de unos y otros parecía abismal. Lo curioso es la capacidad de La Sexta para hacer el mismo tipo de programas de mil maneras diferentes y que siempre parezcan novedosos. No sé si está polarizada, como dice Vaquerizo, pero que cada vez gana más adeptos no cabe duda. Andan a un paso de cazar a TVE.
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