Pasan los años y podemos inventarnos lo que ha sido nuestra vida. Podemos generar nuestro pasado, con todos nuestros errores. De ellos todos pedimos disculpas de lo que podía haber sido mejor. Todos cometemos errores. Los asumimos y si somos gente de bien los corregimos ... e intentamos salir adelante. Eso vale para cualquier persona normal. Eso vale para alguien católico que vive en estos tiempos. Pero, ah, si uno era católico en 1936, eso era otra cosa. Cuando se inició la guerra civil el control lo llevaba el Frente Popular (PSOE, UGT, CNT, ERC...).
El inicio de la guerra civil no provocó un caos ni llevó a que miles de valencianos fueran asesinados por ser católicos o por ser tachados de «fascistas». El caos no llevó a que ser católico o no ser del Frente Popular fueras asesinado. De caos nada, fue pura organización.
Y eso llevó a la persecución contra la imagen de la Virgen de los Desamparados.
La mañana del 21 de julio de 1936 fue asaltada por republicanos que provocaron un gran incendio y desfiguraron la imagen de la Virgen de los Desamparados a tiros, golpes y fuego, hasta que los restos desfigurados pudieron ser sacados a escondidas y ocultados tras una pared falsa en el ayuntamiento de Valencia.
Sí, la imagen de la Nostra 'Maredeuta', sus restos, fueron ocultados en un simple pasillo del ayuntamiento, quemada y fusilada. Fue tan ocultada y eran tan peligrosos los partidarios del PSOE, UGT, CNT... que cuando en el Ayuntamiento de Valencia se reunieron los restos de las Cortes republicanas les ocultaron dicha información, no fuera que no quedase nada hoy en día.
Una vez que Valencia quedó sin el control del PSOE y UGT, esa imagen quemada y tiroteada fue restaurada por el escultor Ponsoda, que por mucho amor que puso solo logró una Virgen con un rostro totalmente diferente.
En el asalto un miliciano hizo tres disparos sobre el rostro de la Virgen a la que habían arrancado el escapulario y la corona de 1923 y arrebatado a su Hijo que fue lanzado al suelo al tiempo que le rompían la mano izquierda a la Madre. Dos horas más tarde aún seguían los sacrilegios y daños hasta que llegó el teniente Luis Sevilla Alonso al mando de dos secciones de la Guardia Civil. Allí carga varias veces contra los milicianos y contra los propios bomberos que se negaban a apagar el incendio.
La Virgen de los Desamparados, nunca más desamparada que nunca, fue llevada al centro principal de poder entonces, el Gobierno Civil, en un camión con bomberos, pero el capitán Manuel Uribarri les dijo que la llevasen al ayuntamiento. No quería saber nada de la imagen de la 'Maredeueta'.
A las diez de la noche la imagen continuó con su exilio y desde el Gobierno Civil la llevaron oculta en un camión hasta el ayuntamiento, en donde el alcalde republicano tampoco quiso comprometerse con la imagen e intentó que se la llevase sin lograrlo.
Como no podía quedar a la vista porque los milicianos republicanos de UGT y PSOE la destrozarían del todo, se llegó a una idea tristemente insólita que consistió en aprovechar un hueco en un pasillo para depositarla ahí y tapiarla, sin que así se sospechase que estaba allí oculta, tras un cuadro de grandes dimensiones sobre la conquista del rey Jaime I el Conquistador, bajo el que se colocó un arcón. Así, los restos de la imagen se salvaron, pero quedó presa, tapiada y oculta incluso hasta para los diputados del Frente Popular que a pocos metros se reunieron sin saber quién era su ilustre vecina.
Tras tres años de estar encarcelada por la Segunda República (con el momento de mayor riesgo en junio de 1938 cuando Juan Negrín intentó localizarla, cosa que evitó el sigilo de los funcionarios municipales), la Virgen de los Desamparados recuperó la libertad y el 14 de mayo de 1939 la imagen dañada salió en procesión desde el Archivo Municipal (tras haber recibido culto en el Salón de Fiestas).
Pero tras décadas, los socialistas y cómplices comandados por Ribó buscan ocultar su persecución de la imagen que vemos en la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Ahí está ella, María, mirando a los Desamparados, y con su rostro desfigurado sigue mirándolos con amor. La 'Maredeuta' ha de desaparecer para el Ayuntamiento.
Su miedo a que veamos dónde se hubo de ocultar de odio a nuestra Virgen no logrará anular la historia. Pasó y nos acordamos.
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