María, Infanta de Castilla, Reina de Aragón
MERCEDES CASQUERO DE LA CRUZ, MÉDICO Y ESCRITORA. AUTORA DE 'PRINCESA LEONOR MANUEL'
Sábado, 27 de agosto 2022
Secciones
Servicios
Destacamos
MERCEDES CASQUERO DE LA CRUZ, MÉDICO Y ESCRITORA. AUTORA DE 'PRINCESA LEONOR MANUEL'
Sábado, 27 de agosto 2022
Siglo XV, octavo siglo de Reconquista a los árabes de los territorios que habían usurpado desde el año 711. Unidos los Reinos de Castilla y ... León, su Rey, Enrique III, el Doliente, casado hacía trece años con la inglesa Catalina de Lancaster, esperaba con impaciencia la llegada de un heredero vital para el Reino. Al fin, un 1 de septiembre de 1401 nacía en Segovia su primer hijo, una niña, a la que llamarán María. Por ser la primogénita recibe el titulo que le corresponde al heredero del trono, 'Princesa de Asturias', que pierde al nacer su hermano Juan que por ser varón es el heredero y le pertenece ese titulo. A partir de entonces María será Infanta de Castilla hasta contraer matrimonio con su primo hermano, Alfonso V de Aragón, el Magnánimo. Desde ese momento y hasta su muerte María será Reina de Aragón, Valencia, Mallorca y Sicilia y residirá en el Palacio del Real de Valencia, el hermoso Palacio que amó más que a sus tierras castellanas.
María creció en un entorno regido por castellanos siendo educada por el Gran Senescal del Reino, don Pedro González de Mendoza por lo que desde pequeña adquirió una magnífica formación de la que formó parte la recibida en el Colegio de Santa Clara de Tordesillas. Su padre Enrique III fallece cuando su hijo Juan tenía solo 1 año siendo la Reina Catalina de Lancaster la que asume la regencia de Castilla. Estrechamente unidas María tiene en su madre el mejor ejemplo de como ha de conducirse el gobierno de un reino lo que le será de gran ayuda cuando ella tenga que asumir las de la Corona de Aragón en las largas ausencias de su esposo. María disfrutó una infancia feliz, compartida entre juegos con su primo hermano Alfonso al que la unió desde siempre un profundo cariño. La viruela padecida de niña había dejado en su rostro las cicatrices que afeaban el bello rostro heredado de su madre Catalina de Lancaster lo que como mujer provocaba en Alfonso un rechazo insuperable. María era una muchacha inteligente, alegre, simpática, buena conversadora, aficionada a la lectura, a la música y a las bellas artes. Con catorce años llegó a Valencia para contraer matrimonio con Alfonso. Un matrimonio de Estado acordado entre Enrique III de Castilla y su hermano Fernando I de Aragón, pero para María sería un matrimonio por amor. La boda se celebró en la Catedral de Valencia un 12 de octubre de 1415 oficiada por el obispo Alfonso de Borja, futuro papa Calixto III. Valencia celebró la boda espléndidamente con siete días de grandes fiesta y los valencianos le hicieron a la Reina un gran regalo, un collar de perlas y piedras preciosas, un gran tesoro del que no se desprendió ni en los momentos de graves dificultades económicas ocasionadas que por las continúas batallas de su esposo
Alfonso V el Magnánimo continuó después de casado la política de la Corona de Aragón de conquistas en el Mediterráneo mientras María quedaba en Valencia con la compañía de sus cuñados, los infantes de Aragón. Estos viajes le permitían al Rey continuar la política de sus antecesores a la vez que alejarse de su esposa por la que sentía un gran rechazo sin necesidad de mostrárselo abiertamente. Antes de irse a Nápoles el Rey nombró a María Lugarteniente Mayor de Aragón, después Virreina de Valencia. María actuó con suma eficacia en todos los asuntos en los que tuvo que intervenir, como Reina y como mujer. Fue la mejor Reina de la Baja Edad Media, siempre más partidaria del dialogo que de la violencia.
La Reina María de Aragón, Virreina de Valencia, fue excepcional en todos los aspectos de su vida, inteligente, culta, decidida, responsable, amante esposa fiel hasta la muerte, madre delicada y entregada a su prima huérfana Leonor Manuel de Villena a la que acogió como hija a la muerte de su padre Enrique de Villena fallecido cuando la niña tenía solo 3 años permaneciendo bajo su cuidado amoroso hasta que por propia decisión, a los 15 años, ella decidió entrar de novicia en el Convento de la Santísima Trinidad fundado por la misma Reina, con el nombre de Isabel de Villena.
El Rey enferma de fiebres y le llega la muerte en Nápoles un 27 de junio de 1458 en el Castillo del Ovo donde quedó sepultado transitoriamente. La Reina no recibió la noticia hasta el 21 de julio sufriendo un desmayo al conocerla. Para la Reina había acabado su propia vida, a nadie había amado tanto, ni siquiera a su querido padre Enrique III, como había amado a Alfonso desde que era una adolescente de doce años. Las esperanzas de María de que el Rey acabaría volviendo a su lado quedaban definitivamente frustradas.
Apagado el que había sido el motor de su vida el corazón de María dejó de latir a los cincuenta años de edad, un 4 de septiembre inusualmente gris y frío del tardo verano valenciano. María fue enterrada descalza y vestida con el hábito de las clarisas y su féretro llevado a hombros por doce franciscanos que recorrieron con ella por última vez la «vuelta del ruiseñor», como había sido su deseo
Desde entonces sus restos reposan en el único Panteón Real que existe en Valencia, en el claustro del Monasterio de la Santísima Trinidad, en un rincón próximo a la Iglesia, que sobrevivió milagrosamente a terribles riadas, a la invasión del ejercito napoleónico y a la Guerra Civil Española. Hoy los valencianos deberían conocer el lugar donde reposan los restos de la mejor Reina que tuvo la Baja Edad Media, de su virreina, la mujer que amó a Valencia y a los valencianos, la mujer inteligente y pacifista, valiosa, ejemplo de mujer, que amó a su esposo hasta su último suspiro.
Algún día los valencianos le dedicarán el monumento que merece en el lugar donde vivió desde los catorce años hasta su muerte, el Palacio del Real, hoy solo unas tristes ruinas próximas al lugar donde reposan sus restos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Salvan a una mujer atragantada con un trozo de tostada en un bar de Laguna
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.